En 1971 Luchino Visconti realiza Muerte en Venecia, basándose en la obra homónima de Thomas Mann. En ella vemos a un director de orquesta, Custav von Aschenbach (Dirk Bogarde), que acude a una Venecia asolada por la peste para terminar de vivir una vida en la que no ha terminado de triunfar, sobre todo en lo que se refiere al arte y al amor. Su amor platónico, el joven Tadzio (Björn Andrésen) (que, por cierto, adopta continuamente una postura muy similar al David de Miguel Ángel, para continuar con las referencias a lo artístico), le rechaza (no olvidemos que el propio Visconti también era homosexual), y su última obra ha sido un rotundo fracaso.
Si bien no vi la película en las mejores condiciones, me pareció un aburrimiento bastante importante. Planos muy bonitos, mucha poesía con la imagen, pero un poco coñazo. Una de las cosas que más gracia me hizo fue las conversaciones que el personaje interpretado por Bogarde mantiene con su colega, algo nada pedante de lo que todo el mundo habla en la barra del bar. Con un exceso de zooms que ponen de muy mal humor, veremos si Muerte en Venecia aguanta un segundo visionado, pero de momento me temo que no.
Si bien no vi la película en las mejores condiciones, me pareció un aburrimiento bastante importante. Planos muy bonitos, mucha poesía con la imagen, pero un poco coñazo. Una de las cosas que más gracia me hizo fue las conversaciones que el personaje interpretado por Bogarde mantiene con su colega, algo nada pedante de lo que todo el mundo habla en la barra del bar. Con un exceso de zooms que ponen de muy mal humor, veremos si Muerte en Venecia aguanta un segundo visionado, pero de momento me temo que no.
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