miércoles, 31 de marzo de 2010

CUENTOS DE TOKIO, Yasujiro Ozu (1953) [7/10]

Una pareja de viejecitos habitantes de Onomichi, pueblo portuario cercano a Hiroshima, acuden a Tokyo a ver a sus hijos. Éstos ya viven su vida, con sus trabajos y sus familias, y en cierto modo la visita de sus padres les supone una carga. Tanto es así, que incluso llegan a pagarles la estancia en un balneario de la ciudad donde les puedan atender. Ante esto, la pareja se da cuenta de la situación, ven que son un estorbo, y deciden volverse al pueblo. La mujer enferma, y acabará muriendo cuando los hijos vayan a visitarla. Tras haber hecho presencia en el velatorio de su madre, los hijos se despiden de su anciano padre, quien tendrá que aprender a vivir solo.

Yasujiro Ozu nos presenta en Cuentos de Tokio una historia sobre la vejez, sobre su cercanía con la muerte y sobre cómo afectan ambas a las personas que nos rodean. Así, vemos que, mientras que a la hija pequeña (que aún vive con sus padres) la muerte de su madre le supone un palo terrible, a la mayor, casada y con hijos y con su vida propia, no le afecta tanto, y lo acepta de mejor forma, como una fase más de la vida.
La película nos enseña que, cuando uno es viejo, se convierte en una carga para los demás, en un estorbo. Eso no significa que sus hijos ya no le quieran, simplemente tienen ya bastante con gestionar sus vidas como para solucionar además la de dos ancianos.
También vemos aspectos relacionados con la muerte de personas mayores, tales como la herencia. Los hijos no se dan cuenta, pero un día ellos serán como sus padres, y les tocará sufrir el rechazo por parte de sus hijos, por lo que sería conveniente ser considerados con nuestros mayores. A pesar de todo, los viejecitos quieren a sus hijos, y están muy orgullosos de ellos.

En cuanto al aspecto técnico, uno de los aspectos que más me ha llamado la atención en la realización de Yasujiro Ozu es su forma de articular las conversaciones en plano-contraplano. Así, es frecuente ver cómo mira a la cámara el personaje que habla, como si estuviésemos asistiendo a la acción desde un punto de vista subjetivo de su interlocutor. He de decir también que la actuación me ha parecido un poco penosa. Quizá sea cosa mía, pero creo que los actores apenas cambiaban la expresión de sus rostros. No obstante, una de las cosas que pone los pelos de punta es la música escogida para el filme. Preciosa.


domingo, 28 de marzo de 2010

UN HOMBRE Y UNA MUJER, Claude Lelouch (1966) [7'5/10]

En 1966 el francés Claude Lelouch se lleva la Palma de Oro en el Festival de Cannes con Un hombre y una mujer, protagonizada por Jean-Louis Trintignant y la guapísima Anouk Aimée. En esta película asistimos a la relación entre un piloto de rallies y una script de cine, donde nace una historia de amor que bien podría verse reflejada en sus respectivos hijos. Ambos son viudos. Él perdió a su mujer a causa del suicidio de ésta; y el marido de ella, que era actor especialista para escenas de riesgo, falleció en un rodaje por accidente. El hombre y la mujer tendrán que rehacer su vida a pesar de los golpes que ésta les ha propinado, lo cual será más fácil para él que para ella, pues aún tiene reciente el recuerdo de su marido, quien le viene a la mente al practicar sexo con el piloto.

Un hombre y una mujer es un clásico del cine romántico, una hermosísima y tierna historia que deja patente la fuerza que el amor puede ejercer en ocasiones. ¿Acaso si no tiene fuerza puede considerarse amor? En Un hombre y una mujer somos testigos de esas incertidumbres y comidas de olla que, tanto hoy en día como en 1966, asaltan a cualquier enamorado o enamorada, y se nos muestra también lo necesario de tirar para delante cuando la vida nos da la espalda por la pérdida de la persona amada, por muy difícil que sea.
Claude Lelouch nos cuenta esta historia, y nos la cuenta bien. Quiero decir, que podría haberse ahorrado mostrarnos las imágenes de lo que sucede con la pareja de cada uno de los protagonistas a base del diálogo de ellos, pero no lo hace. En su lugar nos muestra con imágenes lo que pasó, tal y como debe hacer un buen cineasta: contar las cosas con imágenes, y no con parrafadas de los personajes.
Puede parecer lenta para algunos, y quizá aburrida para muchos, pero eso será porque no están enamorados, no lo suficiente.


viernes, 26 de marzo de 2010

EL RESPLANDOR, Stanley Kubrick (1980) [7/10]

En 1980 Stanley Kubrick dirigió El Resplandor, basado en la obra del escritor norteamericano Stephen King. El matrimonio formado por Jack (Jack Nicholson) y Wendy Torrance (Shelley Duvall), junto con su hijo Danny (Danny Lloyd), va a pasar el invierno al hotel Overlook, donde Jack se encargará del mantenimiento. El hotel está completamente aislado, lo cual viene bien a Jack, porque aprovechará para escribir y avanzar en su novela. Pero lo cierto es que ese aislamiento también traerá sus cosas malas, pues le hará enloquecer y atacar a su esposa e hijo con un hacha.

Sinceramente, creo que si esta película se hiciese actualmente no nos parecería tan buena como al público le pareció en su día. Creo que no estaría diciendo ninguna barbaridad si afirmase que Nicholson está bastante sobreactuado. Aunque bueno, él ya tiene cara de loco de por sí, así que quizá no esté sobreactuando tanto.

Por lo demás, es genial el uso que Kubrick hace del sonido, destacando la música de contrapunto inicial, donde se nos muestra un idílico paisaje acompañado por una música tenebrosa que no augura nada bueno. También es inmejorable la fotografía, sobre todo en lo que se refiere a las escenas de sangre saliendo por las paredes, la escena del baño de color rosa y aquellas en que Nicholson acude al bar a tomarse algo. Estos rasgos no son extraños en el director neoyorquino, pues es conocido que se involucraba en todas y cada una de las partes de producción de sus filmes. ¡Si es que hasta los intertítulos acojonan! No obstante, hay que decir que, si es cierto eso de que se involucraba en la producción al 100%, en El Resplandor no le debió hacer el más mínimo caso al doblaje en español, porque no creo que Kubrick hubiese permitido que Verónica Forqué doblase a Shelley Duvall haciendo el destrozo que hizo. Posiblemente, El Resplandor sea una de las películas con el peor doblaje de la historia. Imprescindible la versión original.

Independientemente de los fallos de sobreactuación de Nicholson que han hecho que no me haya terminado de creer su personaje, y la mierda de doblaje que va a tener el temerario espectador que la vea doblada, El Resplandor es una película acojonante, que asusta, y además bien. Es de esas obras que uno tiene que ver, aunque sea por su valor histórico.



lunes, 22 de marzo de 2010

CINE, IDEOLOGÍA Y CULTURA DE MASAS, Fort Apache (2010) (Música)

Nega, componente del grupo de rap de Valencia Los Chikos del Maíz, vuelve a la carga junto con su compañero Yoew bajo el nombre de Fort Apache, sacando a la luz su primer trabajo como grupo, el cual lleva por nombre Cine, ideología y cultura de masas.

A simple vista, podría parecer que los valencianos se han animado a escribir un ensayo de sociología, pero lo cierto es que nos encontramos ante una maqueta de rap que consta de 10 cortes en los que Nega rapea sobre política, denuncia social y, por supuesto, cine, de ahí el interés de comentar el trabajo en este blog.

Cine, ideología y cultura de masas presenta a un Nega más maduro, que habla de temas que requieren un nivel de cultura superior a lo que el resto del rap español nos tiene acostumbrados. Así, podemos ver en las letras del MC menciones a la escuela de Frankfurt, la macdonalización de la sociedad y el cine de autor, además de las ya habituales referencias políticas que se dejan oír en sus parrafadas. Esto, desde luego, va a fidelizar aún más a los que aman el cine tanto como Nega y se sienten identificados por las ideas y opiniones políticas que éste expresa, pero sin ninguna duda va a echar para atrás a aquellos que no pasen del taquillazo del año de Hollywood y la saga de Crepúsculo.

Como cinéfilo, evidentemente me quedo con los temas de Hollywood Babylonia y Cine de autor, aunque los temas políticos también son brillantes en cuanto a su fuerza y la acidez de las opiniones vertidas, destacando el Bonus Track, donde Nega se anima a rapear con acento cubano.

En definitiva, Cine, ideología y cultura de masas es un excelente trabajo que va a gustar a los cinéfilos y al público de LCDM que se siente identificado con sus letras. Pero los que únicamente lean novela best-seller y vean cine comercial, que se abstengan.

El trabajo se puede descargar pinchando aquí.

Tracklist:

1. Luces, cámara, acción… (Intro)

2. Disparen sobre Leyre Pajín

3. Hollywood Babylonia

4. Porno glamour y resacas (con Charly Efe)

5. Apache acid beats

6. Teoría de la modernidad

7. Sobre el consumismo y sus formas (con Sophy Zoo)

8. Cine de autor

9. The End

10. Bonus Track. Apache Rules

CAUTIVOS DEL MAL, Vincente Minelli (1952) [7/10]

En 1952 Vincente Minelli realizó Cautivos del mal. En la película, un director (Barry Sullivan), una actriz (Lana Turner) y un guionista (Dick Powell) son reunidos para ofrecerles trabajar en la próxima película del productor Jonathan Shields (Kirk Douglas), con quien los tres han tenido disputas en el pasado que serán mostradas a lo largo de la película y que les harán pensarse muy seriamente si firmar ese contrato. Shields, tal y como se verá a lo largo del filme de Minelli, se portó como un cerdo con cada uno de ellos, pero también es cierto que si hoy ellos son los mejores en su profesión es gracias a Shields. Entonces se les plantea un dilema: ¿aceptarán o no aceptarán trabajar de nuevo con el horrible productor?

La película consiste, básicamente, en ver cada una de las tres historias, en las que se explica cómo la relación de cada profesional con el productor acaba por deteriorarse. O lo que es lo mismo, en la película no pasa nada. A efectos prácticos, el director, la actriz y el guionista se pasan las casi dos horas que dura la película en el despacho decidiéndose sobre si trabajar con Shields o no. Finalmente, parece que dicen que no, que reconocen que ha sido Shields quien les ha catapultado a la fama y al prestigio, pero que eso no quita que se sientan mal por dentro, con lo que la película podría darnos a entender que “la fama y el dinero no lo son todo”. Pero en la última escena de la película los tres profesionales escuchan atentamente a escondidas a través de un teléfono las condiciones que Shields ofrece para trabajar, tratándose, entre otros, el tema del sueldo. Los tres ponen especial atención, dando a entender que acabarán por aceptar el trabajo, olvidando (o por lo menos dejando a un lado aparcado) lo que Shields les hizo en el pasado y ofreciendo un final a mi gusto peor que el que podía haber ofrecido, aunque también bueno, que parece decir que “ante el dinero, nos olvidamos de nuestros principios”. Es por eso que Cautivos del mal no me ha terminado de convencer.

No obstante, sí hay que decir que el guión tiene mucha fuerza, pues las tres historias, a pesar de que nos hacemos una idea sobre cómo van a acabar (Shields peleado con el director, con el guionista o con la actriz), siempre sorprenden, y ninguna se hace repetitiva. Es también destacable el fundido entre la estatuilla del Óscar y la figura de Shields en el entierro de su padre, así como la conversación que mantiene éste con su superior cuando le dice algo así como que “me caes bien, un día trabajarás para mí”.
En definitiva, una muy entretenida película sobre el cine que, vista más en profundidad, decepciona un poco, pero sólo un loco diría que es mala.


viernes, 19 de marzo de 2010

LA PIANISTA, Michael Haneke (2001) [7/10]

En 2001 el austríaco Michael Haneke (autor de la potente Funny Games) volvió a sorprender al mundo con su película La pianista, basada en la novela homónima de Elfriede Jelinek. En ella vemos a Erika (Isabelle Huppert), una estricta y severa profesora de piano con una aparente recta moral muy puritana y de semblante serio, pero que, pasados unos minutos de filme, nos muestra un detalle de su personalidad que nos choca de forma estridente, y es su forma de entender el sexo y de practicarlo. Junto con su alumno Walter (Benoît Magimel), la profesora irá explicando lo que le excita, lo cual es imposible que deje indiferente al espectador.

Como no podía ser de otra forma en Haneke, la violencia vuelve a estar presente, esta vez teñida de una atmósfera sexual, lasciva y, en algunos momentos, desagradable.
Es estupendo el contraste representado por el ambiente social en el que Erika se mueve (clase media-alta, con alto nivel cultural) y las apetencias sexuales de ésta, que son de lo más banales y repulsivas.
Estupenda también es la interpretación de Huppert en el papel de la profesora, que bien le mereció el premio a la mejor actriz en el festival de Cannes.


miércoles, 17 de marzo de 2010

LA DILIGENCIA, John Ford (1939) [9/10]

En 1939 John Ford dirige La diligencia. En esta película el maestro condensa toda la hipocresía de una sociedad enferma y esclava de su puritanismo en una simple y llana diligencia. Vemos cómo dos inadaptados sociales rompen las cadenas que les atan a una sociedad presa de sus estúpidas creencias y prejuicios para ser libres por fin, y dejar atrás el pesado yugo de la civilización. Obra maestra no sólo de Ford, sino del western en general, de obligatorio visionado no sólo para cinéfilos, sino para cualquiera que desee ser una mejor persona en la vida.

Sinopsis:
En un pueblo del Oeste de mediados del XIX acojonado por los indios apaches (especialmente por Jerónimo) sale una diligencia rumbo a Londsburg. En ella van subidos una serie de personajes de lo más pintoresco:
- Dallas (Claire Trevor), una puta, y Boone (Thomas Mitchell), un médico alcohólico. Ambos no son aceptados en el pueblo, el cual posee una moral recta e intachable, representada sobretodo por la Asociación Ley y Orden.
- El señor Peacock (Donald Meek), un transportista de whisky, del cual, evidentemente, el médico alcohólico se hace muy amigo.
- La señora Mallory (Louise Platt), una mujer que va a Dry Fork a ver a su marido, quien se encuentra luchando allí contra los indios.
- El señor Hatfield (John Carradine), un amigo de la familia Mallory que cuida a esta última dama.
- Junto con el conductor de la diligencia irá Curly Wilcox (George Bancroft), el sheriff del pueblo.
Además, por el camino recogerán a dos pasajeros más:
- El señor Gatewood (Berton Churchill), banquero.
- Ringo (John Wayne), un delincuente buscado por la Justicia que subirá a la diligencia en calidad de detenido, y que va a Londsburg a matar a los hermanos Plummers.
A Dallas, el resto de personajes le hará el vacío por trabajar en lo que trabaja. Es por eso que únicamente trabará amistad con Boone, el médico alcohólico, y con Ringo, el muchacho fuera de ley, pues ambos son unos inadaptados sociales, al igual que ella.
En el camino, la señora Mallory da a luz, tras lo cual será atendida por Dallas. Ringo pide matrimonio a Dallas, quien acepta, pero le insiste en que no vaya a Londsburg a por los Plummers, que huya, y que ya se reunirá más adelante con él. Así lo hacen, pero Ringo se encuentra con que no puede huir, debido a que una horda de indios apaches están próximos. Éstos acaban por atacarles, dando muerte al señor Hatfield, pero finalmente los indios son derrotados.
Al llegar a Londsburg, Ringo se bate en duelo con los hermanos Plummers, para los cuales ha reservado tres balas. Tras matarles, el sheriff le permite que huya con Dallas a vivir y a ser felices.


domingo, 14 de marzo de 2010

NINOTCHKA, Ernst Lubitsch (1939) [7'5/10]

En 1939 Ernst Lubitsch dirigió una de sus películas más prestigiosas, Ninotchka. La trama empieza con tres rusos que llegan a París con la misión de vender las joyas de la duquesa de Swana (Ina Claire), expropiadas por la URSS tras la revolución. Cuando es enterada, la duquesa tratará de recuperar sus joyas a través de León (Melvyn Douglas), su amante. El caso es que los agentes rusos hacen un mal trato que no gusta en la URSS, y el Estado soviético envía un agente especial para encargarse del tema. Se trata de la agente Ninotchka (Greta Garbo). Ésta acabará enamorándose de León, pero no sólo de él, sino también de la civilización capitalista que produce hombres como él, y que tanto contrasta con su gris y triste tierra socialista.

La película, por supuesto, es un panfletazo contra el comunismo que huele por todos lados, pero eso no quita que tenga gags realmente buenos e incluso dolorosos para los fieles a la hoz y el martillo.
Hay que destacar que ésta es la película en la que Greta Garbo se ríe por primera vez. Ya fue noticia cuando Garbo pronunció su primera palabra en la gran pantalla sonora, pero es que en este film de Lubitsch ese rostro tan serio dejaba de serlo para, a raíz de una carcajada provocada por una caída en un restaurante, convertirse en una dulce y agradable persona que, dejando momentáneamente sus ideales socialistas aparcados a un lado, se suelta la melena y disfruta de los servicios que ofrece el mundo capitalista. Total, Lenin no se iba a enterar y, después de todo, esta sirviendo a su país…


jueves, 11 de marzo de 2010

GREEN ZONE: DISTRITO PROTEGIDO, Paul Greengrass (2010) [7'5/10]

Uno de los estrenos de esta semana es Green Zone: Distrito protegido, dirigida por Paul Greengrass y basada en la novela de Rajiv Chandrasekaran. La historia se desarrolla en la última invasión a Irak en 2003 por parte de EEUU para buscar unas supuestas armas de destrucción masiva que, finalmente y tal y como todo el mundo suponía (a excepción de Bush, Blair y Aznar), no existían, y eran una mera coartada para dar un golpe de Estado en condiciones. Esto es precisamente lo que le pasa al alférez Miller (Matt Damon), que tras varios intentos fallidos de búsqueda de las dichosas armas se empieza a preguntar si realmente existen o qué diablos pasa. ¿Alguien ha dado información falsa? ¿Quién ha sido? ¿Por qué lo ha hecho? Serán los interrogantes que se le plantearán al espectador visionando el entretenido filme.

La película no va a pasar a la historia por ser la mejor de la historia, pero es cine palomitero que de vez en cuando apetece. Además era un preestreno, y gratis, así que había que ir. Los actores en general cumplen, destacando Yigal Naor, quien interpreta a Al Rawi, un oficial del ejército iraquí.
Parece que los estadounidenses ya van aceptando que la invasión a Irak fue una cagada, y está bien que esto sea mostrado a través de películas como Green Zone: Distrito protegido. En la obra vemos cómo se articula un golpe de Estado para instaurar un gobierno títere que obedezca a su amo el tío Sam, práctica que éste ha venido desarrollando a lo largo del siglo XX. Muy bueno también, por cierto, el contraste mostrado entre el distrito protegido en sí y el resto de Irak, destrozado por los ocupantes, que me ha recordado al choque visual y social que podemos ver en la última película de Costa-Gavras, Edén al oeste, donde, mientras aparece el cuerpo muerto de un inmigrante que llega a la orilla, los turistas se lamentan porque no se podrán bañar, pero bueno, "menos mal que tenemos piscina".
De señalar algo malo, me quedaría con esos movimientos bruscos de cámara que hacen que ésta “se note”. A veces me he mareado un poquillo.

En fin, si no hubiese sido un preestreno gratuito en la facultad es seguro que no hubiera ido a verla, pero siendo así no perdía nada, y la verdad es que he salido bastante satisfecho.


miércoles, 10 de marzo de 2010

FRANKENSTEIN, James Whale (1931) [7/10]

A continuación, publico un interesante comentario realizado por Arancha Aguilar en el que se relaciona Frankenstein (James Whale, 1931) con algunas de las obras de Tim Burton.

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Frankenstein es una de las primeras películas de terror, dirigida por James Whale en 1931. Al ser de las primeras películas de este género, se dan en ella una serie de características en cuanto a la estética y a los personajes que han persistido hasta nuestros días.

Muchos han sido los directores que a partir del estreno de Frankenstein han intentado llevar a la pantalla a ese científico loco que juega a ser dios y que Whale nos muestra en su film. Uno de esos directores ha sido Tim Burton, en el cual podemos observar que desde sus inicios en el cine, nos muestra toda esa estética propia del expresionismo alemán, haciendo un uso magistral de la luz y la sombra y creando unos tipos de personajes que, al igual que el monstruo de Frankenstein, no encajan en la sociedad y son excluidos de ella. Como nos cuenta en su libro Tim Burton por Tim Burton, este director bebe de esta corriente a lo largo de toda su carrera.

Para empezar, todo esto lo podemos observar en su primer corto Vincent, en el cual relata la historia de un niño cuyo alter ego es Vincent Price y que Burton nos retrata como un científico que hace estrafalarios objetos y experimentos como el de convertir a su perro en un zombie. Cabe destacar que Vincent Price en realidad fue un actor que destacó en películas de terror y además, es el narrador de esta historia. Éste corto fue realizado con la Disney y como dato curioso, ésta no será la primera vez que Disney haga un homenaje a Frankestein, ya que en su película de 1991 La bella y la bestia podemos ver que las escenas en el que el pueblo va a cazar a la bestia son muy similares a las de la caza del monstruo de Frankenstein.

La influencia de esta película en Tim Burton se hace aun más patente en su mediometraje Frankenweenie. En él nos cuenta cómo un niño revive a su perro tras ser atropellado por un coche. Las evidencias son claras: uso de luces y sombras, escenario del cementerio muy parecido al de Frankenstein, el modo de devolver a la vida a su perro es idéntico al de la película de Whale, el perro lleva dos tornillos en el cuello, el pueblo quiere matarlo y finalmente lo consiguen prendiendo un molino y así un largo etcétera. Además, al final de la película aparece una perrita con un peinado que recuerda al de La novia Frankenstein (1935).

Otra referencia la encontramos en su película de 1990 Eduardo Manostijeras. En ella, se vuelve a retomar al científico que inventa a un ser poco corriente y que finalmente resulta ser excluido de la sociedad y aislado en su mansión. De nuevo nos encontramos en esta película con decorados un tanto deformes, como las escaleras, un laboratorio lleno de artilugios extraños y una torre sobre una colina donde vive Eduardo que recuerda a la torre donde Víctor Frankenstein experimentaba. Vuelve a aparecer Vincent Price interpretando al científico que da vida a este ser.

Todas estas influencias e inclinaciones que acabamos de ver de Tim Burton, las podemos ver prácticamente en el resto de las películas de este director tan peculiar. En casi todas ellas son comunes los cementerios, los decorados deformados y los seres no aceptados por la sociedad, etc.
Como vemos, aunque la película de Frankenstein nos queda muy lejos y el género de terror ha derivado en otro tipo de películas, los patrones que Whale ofrece en su film siguen patentes actualmente.


domingo, 7 de marzo de 2010

BANANAS, Woody Allen (1971) [5/10]

En 1971 Woody Allen dirigió su tercer largometraje: Bananas. Tenía entendido que esta película iba dirigida contra el comunismo, quiero decir, en exclusiva contra el comunismo, pero lo cierto es que lo que me he encontrado en el filme es una crítica al poder en general. O sea, los Estados Unidos también se llevan su parte cuando se hace mención al apoyo histórico de este país a los regímenes dictatoriales que se dieron el siglo pasado en América Latina.

La película me ha parecido aburrida, quizá porque me esperaba más de ella de todo lo bien que me habían hablado, y he encontrado los chistes sin gracia. Quizá se deba a la antigüedad del filme y ese humor está ya pasado de moda para mí, pero esto es poco probable, puesto que soy el primero que ha reído hasta la saciedad con Lubitsch y Wilder. De tan aburrida que me ha parecido, la película se me ha hecho hasta larga, siendo que no dura mucho más de 80 minutos.


Quizá necesite de un segundo visionado para meditarla mejor, pero creo que de esta obra se salvan muy poquitas cosas, el homenaje al Potemkin quizá sea una de ellas. Sí es cierto que la película tiene sus puntos buenos, pero en general es bastante mediocre.


sábado, 6 de marzo de 2010

UN PROFETA, Jacques Audiard (2009) [8,5/10]

La película seleccionada para representar a Francia en los Óscar del 7 de marzo es Un profeta, de Jacques Audiard.
Malik El Djebena (Tahar Rahim) es condenado a seis años de cárcel. Allí, los mafiosillos de la prisión le hacen un encargo: debe asesinar a un preso llamado Reyeb (Hichem Yacoubi); de lo contrario ellos le matarán a él.

Así es como a mí me gusta que empiecen las películas: fuerte. Creo que Un profeta sabe enganchar al espectador desde el principio y obligarle a que no aparte su mirada de la pantalla. El director, a través de una trama carcelaria, nos cuenta una historia de jerarquía, de poder, de gángsters, en la que, como bien reza una crítica que el filme ha recibido, “Audiard realiza su Padrino”. No obstante, también hay que decir que el malo malísimo César Luciani (Niels Arestrup) no le llega ni a la suela de los zapatos a don Vito Corleone. No termino de creérmelo del todo, no sé por qué, pero sospecho que es porque me recuerda demasiado a Marc Ostarcevic. Otra cosa que también me ha chirriado ligeramente es que Tahar Rahim no me pega para un chico de 19 años (al principio de la película, luego cuando crece sí), pero esto ya es por ponerme quisquilloso, porque lo cierto es que el tío clava su interpretación. Son también destacables las escenas oníricas que giran en torno a Malik.

He de confesar que hasta ahora no había visto nada de Audiard, pero tras ver esta película le apunto en mi lista de directores a estudiar, pues, sinceramente, me parece que su película es mejor que La cinta blanca de Haneke. Éste ya arrasó en los Premios del Cine Europeo, en el que Un profeta también iba como una de las favoritas. Veremos quién se lleva el Óscar a la mejor película de habla no inglesa.




viernes, 5 de marzo de 2010

DESMONTANDO A HARRY, Woody Allen (1997) [8,8/10]

A continuación se presenta un documento que pretende analizar la película Desmontando a Harry (1997), de Woody Allen, aplicando los conocimientos adquiridos en la asignatura de Narrativa Audiovisual que tienen que ver con la construcción espacio-temporal.
Para proceder al mencionado análisis se ha abordado la película desde el inicio hasta el final escena por escena, explicando en cada una qué papel juega el montaje, la relación entre amplitud y alcance, el tipo de frecuencia que aparece, etc.


Análisis de Desmontando a Harry, Woody Allen (1997)
La película de Desmontando a Harry (1997) transcurre en dos días en la vida de Harry (Woody Allen), aunque su alcance es de una hora y media. La frecuencia general del filme es singulativa, porque los hechos que el espectador presencia ocurren una sola vez en el relato y una sola vez en la historia. Mediante un montaje paralelo, el autor irá intercalando su propia historia personal con las de sus propios personajes, las cuales estarán articuladas mediante un montaje más convencional que el de la historia del propio Harry, cargada de cortes fugaces, como si el autor lo hubiese rodado todo en plano secuencia y hubiese querido cortar los fallos. El ritmo, por lo tanto, es temporal, y la función del montaje es narrativa, excepto en las partes donde únicamente se cuenta la historia del propio Harry, que también predomina la función semántica, ya que el autor quiere expresarle algo al espectador mediante el montaje.

En la primera escena de Desmontando a Harry, vemos que Lucy (Judy Davis) llega a un edificio de viviendas en un taxi. La escena se repite hasta ocho veces intercalándose con los títulos de crédito. Así, algo que en tiempo real tendría una amplitud de 20 segundos, en la película tiene una amplitud de un minuto y medio. Estamos ante un caso de frecuencia repetitiva, pues el acontecimiento que vemos ocurre una sola vez en la historia pero muchas en el relato. El ritmo es temporal, con un montaje fragmentado, el cual cumple una función expresiva y semántica que se irá repitiendo a lo largo del filme y se aclarará al final del mismo.

Tras la escena inicial, pasamos a otra en la que aparece una familia pasando el día en una casa de campo con una barbacoa. La escena puede tener una amplitud de unos diez minutos, sin embargo tiene un alcance de tres, ya que en ella vemos elipsis de estructura cuya finalidad es mantener la coherencia narrativa. Estaríamos ante un caso de frecuencia singulativa, ya que lo que vemos ocurre una vez en el relato y una vez en la historia, la función del montaje es narrativa y el ritmo es temporal.

Tras la escena de la barbacoa volvemos a ver la escena inicial repetida dos veces más, con lo que ya suma un total de diez. Es en esta escena cuando descubrimos que lo de la barbacoa en la casa de campo es una historia inventada por Harry, por lo que en realidad no nos habríamos movido del punto cero de la historia, y la escena de la barbacoa se articularía con la inicial mediante un montaje paralelo, donde ocurren distintas acciones en distinto tiempo y espacio. Esta forma de articular las historias inventadas por Harry con la propia historia de Harry se repetirá a lo largo de toda la película mediante el montaje paralelo. Lucy entra en casa de Harry, donde se desarrollará una escena de unos cuatro minutos en la que amplitud y alcance prácticamente coincidirán, puesto que estará grabada casi íntegramente en plano secuencia excepto por algunos cortes rápidos que, como hemos dicho, estarán presentes a lo largo de toda la obra en las escenas de la vida real de Harry (no así en sus historias). La frecuencia es singulativa, el montaje es fragmentado y acelerado y el ritmo es temporal.

A continuación, mediante el montaje paralelo, pasamos a otra historia de Harry, basada en él mismo de joven. Esta escena consta de una amplitud de varios días, pero el relato dura en torno a los cuatro minutos, gracias a diversas elipsis de estructura. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo es temporal. Llama la atención en esta historia los tonos y el vestuario empleados para la parte en que la prostituta llega a casa. Son tonos cálidos, propios de un hogar acogedor, con colores propios para una noche de sexo. El chico (Tobey Maguire) va vestido con una bata de seda para la ocasión, y la prostituta con maquillaje y vestuario provocador y de corte oriental.

Después volvemos a la vida de Harry, quien se encuentra visitando al psicólogo. Será a partir de esta escena cuando la historia de verdad empiece, pues a partir de aquí todo cuanto le ocurra a Harry será efecto de esta escena. No sería descabellado, por tanto, pensar que, en verdad, el punto cero de la historia se encuentra aquí y que lo visto hasta ahora (obviando las historias inventadas por Harry) es nada más y nada menos que un flashback. La escena casi se articula en su totalidad en plano secuencia de no ser por el corte final y los frecuentes cortes fugaces. La escena tiene un alcance de tres minutos, pero una amplitud aún mayor (¿una hora?). De hecho, cuando la escena aún no ha acabado, Harry y su psicólogo se ponen a hablar de una historia creada por Harry sobre un hombre desenfocado (Robin Williams), a la cual asistimos mediante el montaje paralelo. En la escena del psicólogo, por tanto, ha habido frecuencia singulativa, función narrativa y semántica del montaje y ritmo temporal, ya que el plano es considerablemente largo.

La historia sobre el hombre desenfocado tiene una amplitud de un par de días y un alcance de tres minutos. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo temporal. Luego volvemos a Harry en el psicólogo, que en realidad no ha terminado, por lo que llevaría hasta el momento un alcance de seis minutos. De nuevo con el psicólogo asistimos a un montaje más fragmentado, con un ritmo temporal, una función narrativa del montaje y un alcance de 40 segundos.

En la escena siguiente Harry va a ver a Joan (Kirstie Alley), su ex, para pedirle al niño y llevárselo a un homenaje que le van a hacer en su antigua Universidad. La escena se articula en un plano sin corte de un minuto, por lo que amplitud y alcance coinciden. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo es plástico. En esta escena asistimos a un flashback externo (porque nos muestra cosas que no hemos visto aún, nos aporta una información nueva), donde vemos a Harry en el Día de Convivencia en el cole con su hijo Hilly (Eric Lloyd). La amplitud coincide más o menos con el alcance aquí, y a diferencia que la escena anterior, el ritmo es temporal. Luego volvemos de nuevo a Harry con su mujer, otra vez sin cortes.

Después pasamos a otra historia inventada por Harry basada en su ex y en su hermanastra. La amplitud de esta historia puede ser de tres años o más, aunque el alcance ronda los tres minutos. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo temporal.

Luego volvemos a Harry, quien se encuentra con su amigo Richard (Bob Balaban), a quien acompaña al médico. La amplitud aquí será de unas dos horas, pero el alcance de unos dos minutos. Podemos ver en esta escena una elipsis de estructura (no vemos cómo van al médico, simplemente ya aparecen allí). La frecuencia vuelve a ser singulativa, la función del montaje narrativa y semántica y el ritmo temporal.

En la siguiente escena Harry va a ver a Fay (Elisabeth Shue), otra ex suya, quien le comenta que se casa al día siguiente con Larry (Billy Crystal), un amigo de Harry. Aquí llama mucho la atención el descarado salto de eje que realiza el director. Si la amplitud puede durar alrededor de una hora, el alcance no dura más de tres minutos, la frecuencia es singulativa y el ritmo es temporal. Al enterarse de que Fay se va a casar con Larry, Harry empieza a escribir una historia que veremos en imágenes, en la que Larry sería el demonio que se lleva a su amada Fay al infierno. La escena es un plano secuencia de 20 segundos con frecuencia singulativa, función narrativa del montaje y ritmo plástico. Habría que comentar en esta escena los tonos rojos brillantes contrastando con los negros oscuros para crear esa atmósfera infernal y cómica a la vez. También es destacable el traje sobrio y elegante del diablo.

Luego volvemos a Harry, y vemos cómo está escribiendo la historia. Es en este momento de la historia en el que hace su aparición Cookie (Hazelle Goodman), una prostituta vestida de rosa fosforito chillón que Harry contrata para recibir servicios sexuales. La forma de vestir de Cookie rompe la monotonía cromática que hasta ahora había venido trayendo la historia en tonos vanillas y pasteles, los cuales puede que pretendan reflejar la monotonía de los días de Harry sumido en su bloqueo creativo. En esta escena se producirá una elipsis estructural en el tiempo que transcurre desde que va desde el sofá a la cama. Es un plano largo con los ya habituales cortes, de cinco o más horas de amplitud y cuatro minutos de alcance. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo temporal. Entonces, mediante un flashback externo, vemos cómo Harry conoció a Fay.

La historia de cómo conoce a Fay tiene una amplitud de varias horas y un alcance de tres minutos. En ella apreciamos una elipsis de estructura en el camino de su casa al hotel y desde éste al bar. En un principio podríamos decir que la frecuencia es singulativa, pero lo cierto es que tampoco nos equivocaríamos si dijésemos que es múltiple, porque los hechos ocurren dos veces en la historia y dos veces en el relato, lo que pasa es que una de esas veces es la relatada por el propio Harry en la piel de su personaje. La función del montaje es narrativa y el ritmo es temporal, aunque cabría decir que en la escena del baile entre Harry y Fay, compuesta en un plano largo, el montaje es plástico.

La siguiente escena muestra cómo Harry parte por la mañana hacia la Universidad con Cookie, que se ha animado a acompañarle, y con Richard, que se ha acoplado también por el camino. Además luego se sumará su hijo, sin el consentimiento de la madre. Hay una elipsis estructural importante y que queda muy bien narrativamente porque refleja la rapidez de actuación de Harry cuando Richard le sugiere que se lleve a su hijo con ellos. Lo cierto es que no vemos lo que transcurre desde el momento en que Richard le sugiere la idea hasta el momento en que Harry decide llevarla a cabo. La amplitud de esta escena puede durar varias horas, aunque el alcance dura dos minutos y medio. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo es temporal.

La siguiente escena es un flashback externo en el que Harry recuerda una comida con su entonces esposa Jane (Amy Irving). La amplitud de la escena puede durar una o dos horas, pero el alcance dura un minuto, ya que hay una importante elipsis de estructura, la cual separa los dos únicos planos de los que esta escena consta. Por lo tanto, estamos ante un ritmo plástico, frecuencia singulativa y función narrativa del montaje.

A continuación volvemos a Harry, quien se encuentra con Ken (Richard Benjamin), un personaje creado por él mismo que le muestra cómo su ex-mujer Jane le cuenta a su hermana Lucy (la mujer del principio con la que Harry había mantenido relaciones) que Harry le ha dejado. La escena se muestra a modo de flashback externo en un plano secuencia de dos minutos y medio aproximadamente. La frecuencia es singulativa, la función del montaje es narrativa y el ritmo es plástico, debido a que no hay fragmentación.

Luego volvemos a Harry y su viaje, donde amplitud y alcance vuelven prácticamente a concidir, esta vez con un ritmo temporal, para volver a saltar a otro flashback. En este flashback vemos a Harry con Fay. Amplitud y alcance vuelven a coincidir (dos minutos aproximadamente), frecuencia singulativa, función narrativa del montaje y ritmo plástico. Después regresamos a Harry en el coche, que van a visitar a su hermana Doris (Caroline Aaron).

Esta escena puede tener una amplitud de una media hora o más, pero tiene un alcance de tres minutos. La frecuencia es singulativa y, aunque hay planos largos, el ritmo es temporal. Su hermana recordará a Harry un relato suyo con el que retrató a sus padres, al cual accederemos de nuevo mediante el montaje paralelo.

Esta nueva escena tiene una amplitud de varios días, pero un alcance de cinco minutos. La frecuencia es singulativa, la función del montaje narrativa y el ritmo es temporal.
Después volvemos a la escena con Doris, donde de nuevo amplitud y alcance vuelven a coincidir en un plano largo.

A continuación volvemos al coche, cuando Harry recuerda un episodio con su mujer a través de un flashback, de nuevo externo. En este flashback vuelve a destacar la longitud de los planos, y ahora además cabe hablar del fuera de campo que se produce cada vez que Joan grita a Harry desde su sala de consultas. La amplitud y el alcance duran más o menos lo mismo, unos seis minutos. La frecuencia es singulativa, la función del montaje es narrativa y semántica y el ritmo es plástico.

Tras este flashback volvemos al viaje de Harry, que se encuentra esta vez con Helen (Demi Moore), el personaje creado por él mismo basado en su ex y en su hermanastra Doris. La escena se resolverá en un plano secuencia, con frecuencia singulativa y ritmo plástico. Helen le muestra a Harry cómo habla de él Doris cuando él no está presente, y lo hace a través de un montaje paralelo. No queda claro si la escena que se nos muestra es un flashback, un flashforward o es tiempo real, aunque lo más seguro es que sea esto último, pues Helen se refiere continuamente en presente. Sea como sea, amplitud y alcance coinciden más o menos, la frecuencia es singulativa y la función del montaje es narrativa.

Después pasamos a un flashback externo, en el que aparecen Harry, Fay y Hilly comprando juguetes. Es entonces cuando Larry aparece, y cuando éste y Fay (los futuros marido y mujer) se conocen. La escena es un plano secuencia, así que amplitud y alcance coinciden. La función del montaje es narrativa y el ritmo es plástico, porque no hay fragmentación.
Tras este flashback volvemos al viaje de Harry, en una escena donde Richard muere. La escena tiene un alcance de dos minutos y una amplitud por más larga (¿una hora?), debido a que vemos notables elipsis estructurales.

La siguiente escena es ya en la Universidad, con Harry nervioso y brevemente desenfocado, como su personaje. Es un plano largo, en el que únicamente hay un corte, por lo que amplitud y alcance prácticamente coinciden. A continuación se lo llevan al homenaje, cuando saltamos a una historia de Harry en el infierno.
En esta escena hay que destacar el decorado: paredes llenas de cadáveres, colores rojos, humo, etc. Todo ello confiere una atmósfera infernal, en la que casi podemos oler a azufre. Esta escena tiene un alcance de cinco minutos, aunque bien puede tener una amplitud de media hora. La frecuencia es singulativa y el ritmo temporal, aunque sí es cierto que podemos apreciar algún que otro plano largo.

Después volvemos a Harry en la Universidad, donde será arrestado por la Policía porque su mujer le ha denunciado por haber “secuestrado” a su hijo. Aquí es destacable la elipsis estructural que hay entre el momento en que Harry es detenido y cuando aparece en el calabozo. Ya en la cárcel, la acción se desarrolla casi en un plano secuencia, por lo que amplitud y alcance vuelven a ser similares. A pesar de todo, toda la escena en conjunto puede tener una amplitud de un par de horas, aunque en el relato no dura más de cinco minutos. Finalmente, Larry y Fay, recién casados, acuden a la prisión en la que se encuentra Harry para pagar su fianza y para pedirle que les dé su bendición, lo cual hace a regañadientes.

La última escena tiene lugar en el apartamento de Harry, y es la que explica la película. Aparecen los organizadores del homenaje, quienes le llevan a una gran sala donde están aguardándole todos sus personajes para recibirle con una ovación. En ese homenaje Harry explica que su propio personaje le encanta, pues es una persona que, al ser incapaz de funcionar en la vida real, decide vivir en su arte y en su obra, que es donde funciona realmente. Pero de repente, cortamos y volvemos al apartamento de Harry, donde está éste escribiendo una historia, que es nada más y nada menos que la historia que acabamos de ver en la película. Es decir, durante toda la película hemos asistido a una idea que se le ha ocurrido a Harry Block, y la cual, ahora, va a empezar a escribir. Por lo tanto, el punto cero de la película estaría situado en el final de la misma, cuando a Harry Block se le ocurre contar la película que acabamos de ver.
Además, también se explica por qué a lo largo del filme veíamos esas fragmentaciones (en ocasiones incómodas) cuando era la historia de Harry la que ocupaba la pantalla y sin embargo no las veíamos en las historias de sus personajes. Harry empieza a escribir la historia (su historia) de un hombre con una “fragmentada e inconexa existencia”, el cual “sólo tuvo serenidad al escribir”. Por eso no vemos cortes en las historias que él escribe, y sí los vemos en los momentos en que le vemos a él existiendo.

Desmontando a Harry es sin duda una de las obras más ácidas de su autor. Llama poderosamente la atención la influencia que sobre Woody Allen ha hecho el maestro Ingmar Bergman, desde el argumento de la película (calcado de Fresas salvajes) hasta el personaje que vive del sufrimiento de los demás (como David en Como en un espejo), pasando por el propio nombre del protagonista: Harry Block (primo-hermano del caballero de El séptimo sello Antonius Block). También cabría mencionar la influencia de Federico Fellini y su película 8 y medio en el hecho de ser Harry un autor que se encuentra con sus propios personajes.



miércoles, 3 de marzo de 2010

EL ÁNGEL AZUL, Josef Von Sternberg (1930), [8/10]

(Sinopsis)
El profesor Immanuel Rath (Emil Jannings) sale de su casa hacia el Liceo Local, donde imparte clase. En el aula, pilla a un grupo de alumnos distraídos con postales eróticas de la cantante Lola-Lola (Marlene Dietrich). El empollón de clase le explica al profesor que todas las noches sus alumnos acuden a El ángel azul, el cabaret en el que Lola-Lola actúa cada noche. Esa misma noche el profesor se dirige a El ángel azul a buscar a sus alumnos, y persiguiendo a uno de ellos acaba por meterse en el camerino de la famosa cantante, con quien entabla conversación, dejando olvidado su sombrero en el camerino al irse a casa.
A la noche siguiente el profesor vuelve a por su sombrero, pero esta vez toma algunas copas de más, y pasa la noche en el camerino de Lola-Lola. Al día siguiente llega tarde a clase, sus alumnos le han perdido el respeto, y el profesor es despedido del Liceo. Entonces va a ver a Lola-Lola para pedirle que sea su esposa, petición que la cantante acepta, y el profesor acaba trabajando con su compañía vendiendo postales eróticas de su mujer, lo cual no le hace mucha gracia.
Con el paso del tiempo Immanuel Rath empieza a hacer de payaso en los shows, y llega el día en el que tiene que actuar en El ángel azul. La noche de su actuación Lola-Lola se va con otro hombre mientras su marido es humillado públicamente en el escenario. Ante esta situación el profesor Rath enloquece, llegando a atacar a Lola, lo que genera un revuelo considerable en el local. Finalmente, se marcha de El ángel azul y se dirige al Liceo en el que impartió clase años atrás, donde, sentado en su silla de profesor, muere.

El ángel azul es una película de Josef Von Sternberg que catapultó a la fama a Marlene Dietrich para inmortalizarla. En esta genial obra vemos lo cruel que puede llegar a ser una mujer, y los límites de la humillación a los que puede llegar un hombre.

La evolución del profesor Immanuel Rath a lo largo de la historia, interpretado por el genial Emil Jannings en la que fue su primera película sonora, no deja de sorprender.

El ángel azul es una película obligatoria de todo cinéfilo, en la que, a pesar de haberse acabado entonces el Expresionismo Alemán, aún pueden rastrearse elementos que nos recuerdan a filmes expresionistas.


Elementos expresionistas en El ángel azul (1930)
Se considera que el Expresionismo Alemán llegó a su fin alrededor de 1927 con películas como Metrópolis, de Fritz Lang. No obstante, en El ángel azul, a pesar de ser un filme de 1930, aún podemos apreciar elementos característicos del Expresionismo alemán.


Para empezar, el primer plano que abre la película presenta unos tejados de las casas de un pueblo que están deformados, rasgo típico del Expresionismo Alemán, que pretendía representar deformaciones en los edificios y demás elementos del entorno de los personajes para complementar el estado de ánimo de éstos. Este principio de asociación del estado de ánimo con el decorado de la película se hace especialmente patente en la escena en la que el profesor Rath va por primera vez a El ángel azul. Tanto el local en sí como lo que dentro de él se hace es un mundo absolutamente desconocido por el profesor, de ahí la importancia de la oblicuidad de las paredes de las casas y su deformidad. Volveremos a ver este recorrido de fachadas deformadas dos veces más en la película: cuando el profesor vuelva a El ángel azul por segunda vez; y al final, cuando se dirija al Liceo en dirección contraria a El ángel azul para morir en su silla de profesor.


Otro elemento que nos remite al Expresionismo Alemán en la película de Josef Von Sternberg es la sombra que proyectan sobre las paredes los barrotes de las ventanas de la casa del profesor. El despacho de éste también nos recuerda al gabinete del doctor Caligari, generando una atmósfera demasiado opresiva y cerrada, sepultada por montones de libros que tapan incluso las paredes. Además, el propio profesor Rath también nos recuerda con su capa, su sombrero y su bastón al mismo doctor Caligari.

Las sombras también son un elemento imprescindible del Expresionismo Alemán, y en El ángel azul se dejan ver con bastante frecuencia. El ejemplo más claro viene dado por el momento en que el empollón de la clase está durmiendo y sobre él se abalanzan dos de sus compañeros para pegarle. Primero vemos dos sombras que irremediablemente nos recuerdan al Nosferatu de Murnau, las cuales irán cerniéndose sobre el asustadizo empollón. Este juego de sombras se volverá a repetir de forma más discreta en las escenas del final de la película, cuando el profesor Rath, vestido de payaso, vuelve al Liceo. Aquí volvemos a ver sombras que de nuevo nos traen a la mente a Nosferatu y al doctor Caligari, tanto cuando el profesor sale de El ángel azul como en el propio Liceo, donde otra vez volvemos a pensar en Murnau y su vampiro cuando el portero del colegio enfoca a Rath con su linterna, proyectando así su sombra sobre la pared.
El juego de sombras puede verse también cuando, estando ya casados Lola y el profesor, la cantante se está cambiando de ropa tras las cortinas. Vemos en esta escena sombras que van moviéndose de un lado para otro, y que también veremos de forma parecida en el momento de la actuación de Rath, cuando sale al escenario tras una cortina que le tapa ligeramente.
Siendo conscientes de la presencia de todos estos elementos, es seguro que Josef Von Sternberg quiso hacer en su película El ángel azul su particular homenaje al Expresionismo Alemán que se había venido dando en los años anteriores de la mano de autores como Murnau o Fritz Lang.