miércoles, 9 de junio de 2010

LA VIDA EN UN HILO, Edgar Neville (1945) [6'5/10]

Mercedes (Conchita Montes) se dirige a Madrid en tren, donde a conocido a una especie de bruja adivina capaz de explicarle cómo hubiera sido su vida si se hubiese casado con un hombre distinto a aquel con el que está casada actualmente. La bruja le explica que, de haberse ido con Miguel Ángel (Rafael Durán), habría llevado una vida divertida y dinámica, porque él es quien lleva su felicidad, pero como se casó con Ramón (Guillermo Marín), pues fue desgraciada y ha llevado la vida que ha llevado.

Con este argumento, Edgar Neville nos cuenta una historia acerca de cómo las decisiones más insignificantes que podamos tomar condicionan nuestra vida hasta el punto de darle un giro de 180 grados. Así pues, nuestro destino no está escrito, y lo vamos desarrollando a cada segundo que pasa.

Con un impecable sentido del humor, Neville critica esa sociedad española de su época clasista e intolerante, amante de las apariencias y preocupada por el qué dirán. No hay más que fijarse en lo generosas que son muchas de las familias que se mencionan en el filme, porque “dan muchas limosnas”. Dentro de estos círculos de alta sociedad, la bohemia y el arte son cosas mal vistas, propias de las malas gentes, con las que es conveniente no mezclarse y, si es posible, no saludarles por la calle.

Novedosa para la época, pues se aleja del lenguaje clásico en su estructuración del tiempo y el espacio, La vida en un hilo es mejorable en lo que a la calidad del sonido se refiere. No obstante, esto es entendible sabiendo las circunstancias que acompañaron a la implantación del sonoro en Europa y especialmente en España. Pero lo que sí creo que es insalvable es la pésima actuación de Conchita Montes, quien en más de una ocasión deja demasiado patente que está leyendo un papel que tiene delante.

2 comentarios:

  1. Amigo Fer: Conchita Montes no solo ha sido una de las grandes actrices del cine español (uno de sus últimos papeles antes de morir fue en "La escopeta nacional", de Luis G. Berlanga, película que te recomiendo encarecidamente), sino que también era la esposa de Edgar Neville y uno de los rostros a los que solía acudir con más asiduidad. Aunque no te haya gustado su interpretación en esta película.

    No entiendo tampoco muy bien por qué, si dices que si el cine fuese una religión "El Padrino" sería Dios y, en cambio, te niegas a darle un 10.
    Bueno, el resto de reseñas, las leeré próximamente. Un abrazo.
    Fabio

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  2. Hola Fabio!! Gracias por pasarte ;)
    Lo cierto es que, de momento, es la única película que he visto en la que aparece la señora de Neville. Posiblemente cuando vea otra mi opinión cambia, ¿pero no te parece a tí que su actuación en esta película es muy mejorable?
    Lo de El Padrino...bueno, es que un 10...no sé, debería ser la película perfecta, y como todos sabemos, la perfección en verdad no existe ;).
    Un abrazo!!

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