
En El bueno, el feo y el malo vemos de nuevo la cooperación necesaria para lograr un fin, y de nuevo la vemos bañada en ingentes cantidades de violencia, asesinos que campan a sus anchas por las ciudades porque la gente les tiene miedo, un mundo en el que nadie está a salvo y todos están indefensos, porque cualquiera nos puede matar en cualquier momento (recuérdese la escena en la que el feo va a comprar armas).
Otra vez vuelve a protagonizar la película Ennio Morricone, con su potente banda sonora, silbidos, tambores y disparos que añaden tensión, elegancia y espectacularidad a los duelos.
Esta película ejercerá una notable influencia en el director norteamericano Quentin Tarantino, quien dijo que El bueno, el feo y el malo era “la película mejor dirigida de todos los tiempos”.
El bueno, el feo y el malo es todo un clásico del cine que ha pasado a la posteridad con frases tan lapidarias como aquellas que empiezan con “el mundo se divide en dos categorías…”.
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