lunes, 7 de junio de 2010

EL ACORAZADO POTEMKIN, Sergéi M. Eisenstein (1925) [8/10]


EL ACORAZADO POTEMKIN. ¿ARTE O PROPAGANDA?

1. Introducción
Dicen que El acorazado Potemkin es la película sobre la que más se ha escrito. Sea esta afirmación verdad o no, en este trabajo vamos a escribir sobre El acorazado Potemkin, película dirigida por Eisenstein en 1925 que asombró al público de entonces a causa de su innovador montaje y su capacidad para transmitir emociones.
El acorazado Potemkin fue una película encargada por el Gobierno de la URSS, pero también ha sido varias veces considerada la mejor película de la historia del cine, por lo que una cuestión a dilucidar a la hora de estudiar la obra del maestro soviético es si el film es arte o, antes bien, es propaganda.
Para analizar la obra a lo largo de las siguientes páginas nos referiremos inicialmente al cine ruso, pues la película que nos ocupa es de nacionalidad rusa. Así, haremos un breve repaso del cine ruso desde sus inicios hasta la actualidad, también refiriéndonos al cine de animación y poniendo especial énfasis en la época soviética, que es la época a la que El acorazado Potemkin pertenece. Dentro del cine soviético mencionaremos otros cineastas que fueron vanguardia del cine de la época gracias a su innovadora técnica a la hora de contar historias (y algunos hacer poesía) con imágenes, para acabar por centrarnos más detenidamente en Eisenstein, director del film sobre el que trata este documento. Así, haremos un repaso por la biografía del cineasta y hablaremos de los rasgos que caracterizan su cine para, finalmente, detenernos en el título que le otorgó notoriedad internacional e histórica, El acorazado Potemkin. Revisaremos el contexto histórico en el que se hizo la película, y atenderemos a datos relacionados con la producción y otros campos, así como la posterior influencia que el filme tuvo posteriormente.
Con los datos aportados a continuación también se pretende arrojar algo de luz al debate sobre si consideramos a la película arte o propaganda.

2. El cine ruso
El cinematógrafo llegó a la Rusia de los zares en 1896 de la mano de los Hermanos Lumière para rodar la coronación de Nicolás II, pero su implantación como espectáculo de masas será más tardía debido a la reticencia que las autoridades mostraban para con el nuevo aparato. Lo cierto es que las películas hechas en la Rusia precomunista no tienen el menor interés para ser comentadas y analizadas, pues se limitan a repetir los mismos esquemas que producía Pathé, casa que estableció las primeras pequeñas salas de proyección de cine.
No obstante, por mencionar algunas, diremos que en 1908 Aleksandr Drankov produce Stenka Razin, el primer film narrativo ruso, dirigido por V. Romashkov. Los siguientes años se producirán más de cien filmes que competirán con las producciones francesas, alemanas y británicas.
En 1912 se inauguran los estudios Khanzhonkov, y se produce el film Oborona Sevastopolya (La defensa de Sebastopol), dirigido por Iván Mozhukhin, quien también interpretaba el papel de Napoleón. El zar ayudó a la producción de este y otros films, incluso tenía un camarógrafo personal que hacía películas caseras, pero no se promocionaba el cine desde el Estado.

Con la llegada de la Primera Guerra Mundial en 1914 los cineastas rusos empiezan a producir filmes patrióticos anti-alemanes, aumentando el número de películas y llegando a hacer casi 500. Destacan en este periodo los filmes de directores como Yakov Protazonov y Yevgenii Bauer.
En 1917 llega la Revolución bolchevique, con lo que algunos productores, tratándose de adaptar, comienzan a hacer filmes antizaristas. La última película de la época zarista es Otets Sergii (Padre Sergius), que sería el primer estreno del año siguiente, ya bajo régimen soviético.
Tras la época zarista llega la URSS, y con ella el cine soviético, cuya aportación a la producción cinematográfica es de valor incalculable. No obstante, ahora no nos vamos a extender mucho en hablar del cine soviético, puesto que eso lo haremos más adelante. Vayamos entonces directamente a hablar brevemente del cine ruso post-soviético.
Con la caída de la URSS la calidad del cine ruso también decayó. Se hicieron muy pocos filmes durante la época, y la mayoría orientados al beneficio comercial, dejando de lado las aspiraciones artísticas. Ha destacado sobre todo el cine de acción, las comedias y la pornografía. A pesar de todo, sigue habiendo en Rusia cineastas con la intención de revitalizar el espíritu artístico del cine ruso, entre los que podemos mencionar al oscarizado Nikita Michalkov y su película Quemado por el sol (1990). También es de obligada mención Aleksandr Sokurov y su El arca rusa (2002), la primera película rodada íntegramente en un plano secuencia de 90 minutos de duración y sin editar. Otras películas importantes del reciente cine ruso son El retorno, de Andréi Zvyagintsev y Koktebel, dirigida por Boris Khlebnikov y Aleksei Popogrebsky.

2.1. Los estudios Soyuzmultfilm de animación
Antes de entrar en profundidad en el cine soviético es necesario hacer mención al cine ruso de animación, cuyo centro de producción más importante fue el estudio Soyuzmultfilm, uno de los estudios de animación más importantes de la URSS, situado en Moscú. El estudio se hizo con diversos premios tanto en la URSS como en el extranjero, adoptando varios estilos y llegando a producir más de 1.500 filmes.
Inicialmente compuesto por estudios dispersos, el Soyuzmultfilm fue fundado el 10 de junio de 1936, momento en el que empezó a crecer hasta convertirse en el primer estudio de animación de la URSS.
El estudio empleó la animación tradicional hasta 1954, año en que se inventó la división de títeres (que desembocaría en la animación de recortes) y fue exhibida la primera película con stop-motion. El estudio contrató a más de 700 trabajadores y tenía una producción de 20 películas en cartelera por año, batiendo el récord en 1973, con 47 películas en cartelera.
En los 60’, 70’ y 80’ se produjeron muchas películas cuyos personajes se convirtieron en parte integrante de la cultura soviética: Guena el Cocodrilo, Karlsson on the roof, Los músicos de Bremen, Erizo en la niebla, etc.
El estudio producía animaciones de una gran variedad, que iban desde el realismo socialista hasta el estilo de Disney. Además los creadores disponían de total libertad para realizar sus obras, por lo que el Soyuzmultfilm fue considerado el más diverso de todos los estudios de animación del mundo.
La creatividad de los animadores del estudio fue estimulada por las condiciones de producción que se daban en la URSS, alejadas de la necesidad de la rentabilidad, algo inexistente en una economía socialista. Los creadores podían hacer sus dibujos y producciones absolutamente como ellos querían, y no pensando en ajustarse a tal o cual público para gustarles y recuperar así la inversión, pues ésta era asumida en su totalidad por la Academia de Cine.
La era dorada del Soyuzmultfilm se vino abajo junto con la URSS a principios de los noventa. El capitalismo impedía que el Gobierno pudiese financiar a los estudios con más tiempo. Así, en 1989 Soyuzmultfilm se convirtió en una empresa de arrendamiento (que expira pasados diez años) y se vio forzada en el mercado capitalista.
Finalmente el estudio sobrevivió, aunque con un 90% menos en su plantilla y lanzando muchísimas menos películas. Un tribunal de Rusia ordenó que uno de los edificios donde se guardaban los títeres fuese transferido a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En 1999 el estudio volvió a ser propiedad del Estado. El 10 de enero de 2003 la compañía se dividió en dos sociedades diferentes. Por un lado estaría la Creative Union of the Film Studio Soyuzmultfilm, de Akop Kirakosián, encargada de producir más películas e ir privatizando la empresa poco a poco. Actualmente, la totalidad de las acciones de esta sociedad pertenecen al Ministerio de Cultura Ruso. Por otro lado estaría la Soyuzmultfilm Film Fund, de Ernest Rajímov, encargada del restablecimiento y la comercialización. La separación concluyó el 1 de marzo de 2004.
La producción reciente más importante que esta llevando a cabo Soyuzmultfilm a día de hoy es la película Gofmaniada, dirigida por Stanislav Sokolov y basada en los cuentos de E.T.A. Hoffmann. La película usa la técnica del stop-motion y en ella se ha prescindido de equipos de animación de efectos especiales.

En definitiva, vemos que el cine ruso es una asignatura obligatoria para todo buen amante y estudioso del cine, tanto en el mundo de la animación como en el de actores de carne y hueso, pero lo realmente interesante del cine ruso corresponde a los años de la Unión Soviética.

3. El cine soviético
Es la corriente vanguardista cinematográfica que se dio en la URSS de los años veinte, y que estaría integrada por autores como Sergéi Eisenstein, Lev Kuleshov, Vsévolod Pudovkin y Dziga Vertov.
Durante la época zarista, como hemos dicho, las autoridades se mostraban reticentes con el cinematógrafo, y dudaban de su utilidad y buenas intenciones, por lo que el Estado no promovió la creación de filmes en absoluto. Pero tras la Revolución Rusa esto cambió, ya que se vio en el cine un buen medio para adoctrinar a una población mayoritariamente analfabeta y educarles en los principios socialistas y revolucionarios. El Gobierno soviético nacionalizará la industria del cine y creará una escuela donde se desarrollarán los maestros soviéticos, pues nadie pone en duda que, si algo tuvo de excelente la URSS, fue el cine.
Entre 1917 y 1921 la producción cinematográfica soviética es lenta debido a la guerra civil que en ese momento el país estaba atravesando. No obstante, no faltan los realizadores que salen con su cámara al frente para filmar lo que ocurre y a la vez investigar en la creación de un lenguaje cinematográfico propio, como ya de hecho habían conseguido en los EEUU de la mano de Griffith.
Hasta finales de 1921 la URSS no contó con una gran sala de cine. Cuando ésta se abrió constituyó un éxito, y estimuló la industria reciclando viejos filmes e importándolos, puesto que por aquel entonces el Gobierno no regulaba aún demasiado la actividad. En 1923 había 89 salas más, con total libertad y estímulo para producir películas, siempre y cuando coincidiesen con la línea ideológica del régimen. Las propias autoridades eran conscientes de la dificultad de controlar la totalidad de los films, pero con Stalin esto cambió, ya que la vigilancia fue total y las medidas llevadas a cabo excesivas, siendo en muchos casos las películas cortadas, remontadas o incluso prohibidas.
En 1928 los grandes directores soviéticos publican un manifiesto firmado por Eisenstein y Pudovkin entre otros, haciendo notar el peligro de que la palabra y los diálogos acaben por enterrar la que entonces empezaba a ser la esencia del cine, el montaje. Por ello en dicho manifiesto animan a los realizadores ha rodar de forma antinatural y asincrónica, usando el lenguaje del cine al cien por cien. Sin embargo, Pudovkin, y con él todos los demás, acabará por trabajar con sonido sincrónico, aunque sin reconocer la decadencia del montaje.

En los años 40 destacan las películas de Eisenstein Alexander Nevsky e Iván el terrible. A la muerte de Stalin el cine soviético vuelve a desarrollarse con películas como Ballada o Soldate, la cual ganó el BAFTA de 1962 a la mejor película; y también destacó Letyat zhuravli (Cuando pasan las cigüeñas), el único film soviético que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En los sesenta y setenta destaca Andrei Tarkovski, un director de creencias cristianas muy incómodo para el Régimen y que dio muchos problemas.

En los ochenta asistimos al tratamiento de temas más polémicos con películas como Pokayanie, sobre la represión estalinista en Georgia; y Kin-Dza-Dza!, una crítica cómica sobre el estilo de vida en la URSS. También hay que mencionar el filme Moscú no cree en lágrimas, de Vladimir Valentenovich Menshov, la cual se llevó el Óscar a la mejor película extranjera de 1980, entre otros premios.
En el cine soviético el realizador deja patente su mirada, lo que podría llevarnos a afirmar que el cine soviético tiene un carácter cuasi-documental, que explora todas las posibilidades expresivas del medio aplicando también las ideas del constructivismo.
En conclusión, el cine soviético aporta una notable novedad al cine mundial sobretodo por sus escenas cargadas de realismo y por su revolucionaria teoría y práctica del montaje, que aportan una nueva estética y una nueva forma de expresión y representación no naturalista.

4. Los grandes maestros del cine soviético
A continuación vamos a exponer cuales fueron los principales integrantes de la vanguardia cinematográfica soviética, dejando a Sergéi Eisenstein para el final, puesto que el núcleo de este trabajo gira en torno a él y a su obra cumbre, El acorazado Potemkin.

4.1. Lev Kuleshov
Nació el 13 de enero de 1899 en Tambov y murió el 29 de marzo de 1970 en Moscú. Empezó como profesor en el Instituto del Cine en 1921. Al año siguiente realizará un laboratorio experimental donde desarrollará sus teorías y que dará a luz a realizadores de la talla de Pudovkin. En este laboratorio Kuleshov hacía sus “films sin película”, con fotos fijas, demostrando el grandioso poder del montaje con El experimento de Kuleshov, que consistía en generar emociones en el público con un mismo plano a partir de las imágenes que a ese plano se le yuxtaponían: un cadáver, una mujer, un plato de sopa,…
También intentó crear la mujer ideal a base de un montaje en el que aparecían diversas partes del cuerpo de distintas modelos. Realizará algunas películas, aunque su aportación más interesante está en los libros

4.2. Vsévolod Pudovkin
Nació en Riga, el 23 de enero de 1898 y murió en Moscú el 11 de febrero de 1948. Junto con Eisenstein es el más prestigioso de los maestros soviéticos. Discípulo de Kuleshov, Pudovkin hace su aparición en el mundo del celuloide con un corto cómico y con un documental, que muestra las teorías del reflejo condicionado.
En 1926 empieza su trilogía, compuesta por La Madre, una adaptación de la novela de Máximo Gorki, El fin de San Petersburgo y Tempestad sobre Asia. Otras de sus obras más notables son El desertor (1933) y El almirante Najimov (1947).
Una de las características más notables de su obra es el hecho de que sus personajes siempre toman conciencia de la realidad social. La protagonista de La Madre es una mujer proletaria, de El fin de San Petersburgo un campesino, y de Tempestad sobre Asia un cazador mogol. Pudovkin, mediante el montaje paralelo, alterna temáticas individuales con colectivas. Sus argumentos tienen una construcción bastante compleja, y su puesta en escena es prodigiosa. Para Pudovkin, al contrario que para Eisenstein, el montaje se establece a priori, en el guión. El otro, sin embargo, era más partidario de hacerlo a posteriori, generando emociones a partir del choque de imágenes. Otra de las características del cine de Pudovkin es su preferencia por los primeros planos, huyendo de los planos generales en la medida de lo posible.
Pudovkin continuará investigando y enseñando hasta su fallecimiento en 1948.

4.3. Dziga Vértov
Es el pseudónimo de Denis Abramovich Kaufman, nacido el 2 de enero de 1896 en Bialystok en el seno de una familia judía, en lo que hoy es Polonia, y muerto en Moscú el 12 de febrero de 1954. Estudió música en el conservatorio de su ciudad natal hasta que sus padres tuvieron que emigrar hacia Moscú en 1915 debido al avance de las tropas alemanas en la I Guerra Mundial. Poco después se instalaron en San Petersburgo, donde Kaufman estudió Medicina y empezó a escribir sus primeros relatos, desde poesía hasta la ciencia ficción, pasando por narraciones satíricas.
Interesado por el futurismo, adoptó el pseudónimo de Dziga Vértov, que significa “gira, peonza” en ucraniano. Tras la Guerra, el Comité de Cine de Moscú le contrató para trabajar en el Kino-Nedelia, un semanario cinematográfico de noticias de actualidad donde estuvo trabajando durante tres años. Uno de sus compañeros era Kuleshov, que entonces estaba desarrollando sus experimentos con el montaje, y también Eduard Tissé, cámara de Eisenstein.
Su primera película como director fue El aniversario de la Revolución (1919), seguida de La batalla de Tsartitsyn (1920), El tren Lenin (1921) e Historia de la Guerra Civil (1922). En estas películas Vértov experimentó con los efectos producidos por el montaje, uniendo imágenes sin aparente conexión formal entre sí, simplemente haciendo poesía visual con la que impactar en el espectador.
En 1919, junto con otros cineastas entre los que se encontraba su futura esposa Elisaveta Svilova, creó el grupo Kinoks (Cine-Ojo), al que más tarde también se uniría el operador de cámara Mikhaíl Kaufman, hermano de Vértov. Otro de los hermanos de Vértov era Boris Kaufman, director de fotografía. Entre 1922 y 1923 Vértov y su mujer publicaron distintos manifiestos en publicaciones vanguardistas desarrollando su teoría del Cine-Ojo. El Cine-Ojo rechaza de plano todos aquellos elementos que no son puramente cinematográficos, como la escritura previa de un guión, la contratación de actores profesionales, el rodaje en estudios, etc. En su lugar, abogan por la captura de la verdad cinematográfica a partir del montaje de fragmentos de actualidad, la cual sólo puede ser captada con un ojo que ve más que el ojo humano: el ojo de la cámara. En palabras del propio Vértov, el cine-ojo consistía en “fragmentos de energía real que, mediante el arte del montaje, se van acumulando hasta formar un todo global”, permitiendo “ver y mostrar el mundo desde el punto de vista de la revolución proletaria mundial”.
En 1922 Vértov empieza los noticiarios Kino-Pravda (Cine-Verdad), donde rodó gran cantidad de lugares públicos, en ocasiones con cámara oculta y sin permiso. El más famoso noticiario del Kino-Pravda fue Leninskaya Kino-Pravda, que mostraba la reacción a la muerte de Lenin en 1924. Durante los años veinte rodó varias películas, pero la que más destaca sobre todas es El hombre con la cámara (1929). El hombre con la cámara muestra el día de un operador de cámara soviético, que se dedica a filmar una ciudad de la URSS desde el amanecer hasta la noche. Esta película ha sido relacionada con otras del mismo tipo que tuvieron mucho éxito en aquella época, las “sinfonías de grandes ciudades”, como son por ejemplo Berlín, sinfonía de una gran ciudad (1927), de Walter Ruttman, o Lluvia (1929), de Joris Ivens. La diferencia es que Vértov en su obra quiso mostrar una vertiente marxista a través del montaje. Además, El hombre con la cámara enfatiza el universo del cine (rodaje, montaje y contemplación), haciendo símiles entre la vida cotidiana de las personas y el proceso de producción de una película. Tras su última obra importante, Tres cantos a Lenin (1934), Vértov tuvo que dedicarse a la producción de noticiarios convencionales.
El cineasta francés Jean-Luc Godard se reconoce seguidor del autor soviético, y fundó el Grupo Dziga Vértov, produciendo intervenciones videográficas en Francia y en África.

5. Sergueï Mikaïlovitch Eisenstein
Sergueï Mikaïlovitch Eisenstein, más conocido como Sergéi Eisenstein, fue uno de los grandes innovadores de la historia del cine. Poseedor de una amplísima cultura, es conocido por sus estudios referentes al montaje cinematográfico, destacando sus escritos Teoría y técnica cinematográfica, La forma en el cine, Reflexiones de un cineasta, El sentido del cine, Cinematismo y La realización cinematográfica, los cuales han influido y sido utilizados como guías de estudio para infinidad de cineastas posteriores a él.
Eisenstein nació en el seno de una familia acomodada el 23 de enero de 1898 en Riga, Letonia (entonces perteneciente a la Rusia zarista), hijo de Mikhail Osipovich Eisenstein, un importante arquitecto judío de origen alemán; y de una eslava de ascendencia rusa y familia ortodoxa perteneciente a la gran burguesía, llamada Julia Ivanovna Konetskaya, hija de un importante comerciante. Julia abandonó Rusia en los albores de la revolución de 1905 para marcharse a San Petersburgo, llevándose a su hijo Sergéi consigo. Sergéi volvía a Rusia de vez en cuando para ver a su padre, quien más tarde acabaría por reunirse con ellos en 1910. Finalmente el matrimonio se divorció, yéndose la madre a Francia. Eisenstein estudió Bellas Artes y Arquitectura cuando ingresó en 1915 en el Instituto civil de Ingeniería de Petrogrado.
También trabajó como ingeniero para el Ejército Rojo en 1917, lo que le distanciaría de su padre, militante del Ejército Blanco. Hacía decorados e interpretaba teatro para los soldados, y después de la victoria de los bolcheviques el padre de Eisenstein se tuvo que ir a Alemania. En 1920 Eisenstein fue destinado a Minsk. Por aquel entonces estaba interesado en el japonés, y la cultura nipona influiría en sus teorías sobre el montaje, llegando incluso a hacer un viaje a Japón. El mismo año viajó a Moscú, donde ingresó en el Teatro Obrero, del que fue director. Entonces estaba trabajando como diseñador para Vsevolod Meyerhold. Posteriormente se unió a la Fabrica del actor excéntrico (Fabrika Ekscentriceskogo aktera o FEKS), un laboratorio teatral y más tarde cinematográfico creado en 1921 en Petrogrado. La FEKS imprimía en sus alumnos una formación que contaba con los experimentos acrobáticos de Kuleshov y los biomecánicos de Meyerhold, así como la commedia dell´arte, la pantomima, la caricatura y el cine-gesto. Por lo tanto, la formación artística de Eisenstein bebe de las fuentes del futurismo, dadaísmo, constructivismo de Meyerhold, del Teatro de la comedia popular, de la comedia americana, del serial francés y de los ballets rusos.
El grupo fundador de la FEKS acabó por disolverse, y en 1923, a la edad de 25 años, Eisenstein inició su andadura en el universo del cine al ver fracasada su obra teatral Máscara de gas. El director se introdujo en el medio que le daría notoriedad internacional con su corto cómico El diario de Glomov. Más adelante rodaría La Huelga (1924) con el grupo del Teatro Obrero, en la que desarrolló sus conocimientos y prácticas teatrales caracterizadas por el uso de imágenes que contrastan entre sí, las cuales generaban determinadas reacciones en el público que podían ser controladas y manipuladas por el director. Para Eisenstein, por lo tanto, la edición no podía consistir únicamente en enlazar escenas; debían de tener una finalidad, y es así como desarrolló lo que hoy conocemos como “montaje”. Un ejemplo de esta técnica puede verse en la escena de La Huelga en la que se entremezclan imágenes de vacas siendo sacrificadas en el matadero con imágenes de soldados zaristas matando obreros. En La Huelga podemos apreciar ángulos de cámara expresionistas, reflejos de espejos y metáforas visuales. Respecto a esta película, Eisenstein consideró que fracasó en su objetivo de hacer fluir las emociones en los espectadores, y que era demasiado teatral. La única copia existente de La huelga no se pudo volver a distribuir hasta después de su muerte, aunque la película llegó a ser exhibida en Occidente y logró el premio en la Exposición de París de 1925.
Ese mismo año, a los 27 años, rodó El acorazado Potemkin, una película que no sólo se considera la mejor obra de Eisenstein, sino también una de las piezas clave del séptimo arte, apareciendo repetidamente en los primeros puestos de las listas de mejores películas de la historia del cine. A ella nos referiremos a lo largo del presente trabajo.
En 1928 dirigió Octubre, basada en la obra de John Reed Diez días que conmovieron al mundo. Esta película fue encargada por Stalin, que, al igual que muchos dictadores, amaba el cine por ver en él un instrumento ideal para la transmisión ideológica. Octubre narra los sucesos del asalto al Palacio de Invierno por parte de los bolcheviques en 1917, y, junto con las dos películas anteriores, constituye una trilogía sobre la Revolución Rusa, donde Eisenstein desarrolla al máximo su teoría del montaje. De entre todas sus teorías, cabe destacar sobre todo la que se conoce como “montaje de las atracciones”, basada en la generación de emociones en el público a partir de la encadenación de imágenes sin aparente relación entre sí, e influida por el circo y el music-hall.
El estreno de Octubre se retrasó cinco meses, ya que Eisenstein se vio obligado a retirar todos los planos en los que aparecía Trotski, ahora enemigo del Estado soviético. Además, tuvo algunos problemas de censura porque la visión de la Revolución planteada en la película no coincidía con la oficial del Partido Comunista.
Más tarde, en 1929, haría La línea general (también conocida como Lo viejo y lo nuevo), una película sobre la reforma agraria que pretende demostrar lo positiva que es la colectivización del campo. La novedad de este film estriba en que el protagonista ya no es la masa, como en las anteriores, sino un personaje individual llamado María Lápkina. Eisenstein tuvo que cambiar varias veces el guión de la película, puesto que también cambió la política agraria del Gobierno de la URSS, quien le causó serios problemas relacionados con la censura. En estas dos últimas películas Eisenstein investigó con un nuevo lenguaje cinematográfico que el público no entendió, por lo que no tuvieron demasiado éxito.
Ya en los años treinta, Eisenstein era un director notable y destacado, llegando incluso a dar conferencias fuera de la URSS, como próximamente haría en Columbia y Harvard. Es en esta época, tras diversos encontronazos con Stalin y la burocracia de la URSS, cuando viaja a Europa con sus compañeros Grigory Alexandrov y Eduard Tissé para estudiar el cine sonoro, algo en lo que la URSS tardó en desarrollarse. Así, visita Berlín, Zurich, Londres, y en París conoce a Jesse L. Lasky, un directivo de la Paramount con el que firma un contrato de 100.000 dólares para rodar en Hollywood. Poco antes de partir hacia allá, La línea general fue estrenada en un cine de Arte y Ensayo de Nueva York, algo que puso en guardia a los directivos de la Paramount al conocer los ideales políticos de Eisenstein mostrados en la película. En mayo de 1930 llega a Hollywood, donde conoció a varias estrellas de cine como Joseph von Sternberg y Walt Disney, con las que se mostró distante. No ocurrió así con Charles Chaplin y Coleen Moore, con quien intimó más. Allí intentó llevar a cabo distintos proyectos, como Sutter´s Gold, un guión original sobre la fiebre del oro en California que fue rechazado porque Major Frank Pease, presidente del Hollywood Technical Director's Institute, escribió un panfleto titulado Eisenstein, el mensajero del infierno en Hollywood, donde le acusaba de todas las barbaridades cometidas por los bolcheviques y le llamaba “perro rojo”. Aún así, la Paramount no quería renunciar todavía al director soviético, por lo que le encargaron otro guión, Una tragedia americana, adaptación de la obra de Theodor Dreiser que trataba de la justicia americana en un juicio por un asesinato, con el que la productora quedó satisfecha. El productor David O. Selznick dijo que era “el guión más conmovedor que jamás he leído”. El problema esta vez lo puso el Comité Fish, antecesor del Comité de Actividades Antiamericanas, que estaba tratando de impedir la adaptación de la novela de Dreiser al cine. Además era demasiado costoso de realizar y no tenía más que ofrecer, en palabras de Selznick, “las más miserables dos horas para millones de jóvenes americanos felices”. Esto hizo que la Paramount acabase por finalizar su contrato con Eisenstein, quien tuvo que marcharse a México, donde le esperaban nuevos proyectos en los que el director soviético estaba interesado por ser México el país de la segunda revolución del siglo XX. Además, había sido animado a ir allí por varias personas, entre ellas el pintor Diego Rivera, al que conoció en un viaje de éste a Moscú, y Robert Flaherty, director de Nanuk el esquimal (1922). Lo cierto es que Eisenstein ya conocía México de años antes, cuando diseñó en 1919 la escenografía para El mexicano, de Jack London; además de que, como hemos dicho, Eisenstein era amigo del pintor mexicano Diego Rivera.
Al llegar a México, tanto Eisenstein como sus compañeros fueron encarcelados, pero gracias a las gestiones de un amigo español las tornas cambiaron hasta el punto de convertir al cineasta en huésped de honor. En este país, donde conoció a Frida Kalho, empezó a rodar una película sobre la Revolución Mexicana, llamada ¡Viva México! (1932). La película consistiría en cuatro episodios: Sandunga, una boda indígena en Tehuantepec; Maguey, el sacrificio de unos campesinos en una tierra porfiriana; Fiesta, la preparación de un torero para el ruedo; y Soldadera, estampas de una mujer revolucionaria. Además se haría un prólogo que hablase del México prehispánico y un epílogo con imágenes del Día de los Muertos. A pesar de todo, el rodaje no pudo finalizarse debido a que el patrocinador, el novelista Upton Sinclair y su mujer Mary Craig Kimbrough Sinclair, con quienes contactaron a través de Chaplin y que fue quien les invitó junto a otros intelectuales izquierdistas porque estaba interesado en producir una película sobre México, retiró el dinero de la inversión en enero de 1932 cuando sólo faltaba el cuarto capítulo (Eisenstein llevaba ya 24 horas de rodaje, entre 50.000 y 60.000 metros de película), quedándose con el negativo.
En marzo de 1932 Eisenstein y sus compañeros regresan a EEUU, aunque con la prohibición de pasar por Hollywood. En abril Eisenstein pudo ver por primera y última vez lo rodado en México. Sinclair le prometió a Eisenstein que le enviaría el material rodado a Rusia para que pudiese trabajar con él, pero lo cierto es que Eisenstein jamás volvió a ver dicho material, según él, lo mejor que había rodado nunca, y la película quedó sin acabar. Los negativos se subastaron y la Metro Goldwyn Mayer adquirió una parte para utilizarla en ¡Viva Villa! (1934), de Henry Patchard. A pesar de todo, con el material rodado se han llegado a hacer cinco montajes distintos más, aunque ninguno de ellos por parte de Eisenstein. Uno de ellos fue obra del propio Sinclair, producido por el estadounidense Sol Lesser y estrenado en 1933 con el título de Trueno sobre México, basado en el que debería haber sido el segundo capítulo de ¡Viva México!, Maguey; el cual fue un fracaso del que Sinclair culpó a la URSS. Al año siguiente el mismo productor volvió a editar dos cortos, Death Day (1934) y Eisenstein en México (1934). Con parte del resto una amiga y biógrafa de Eisenstein llamada Mary Seaton hizo Tiempo al sol (1956), exhibido en varios lugares como un documental sobre México. En 1977, el propio Alexandrov construyó su versión del material, dándole el título original. De todas formas, ¡Viva México! es una obra de notable influencia en el cine mexicano e incluso en alguna película estadounidense, como ¡Viva Zapata! (1953), de Elia Kazan, para la que contó con Marlon Brando en el papel del revolucionario Emiliano Zapata. Además, durante su estancia en América, Eisenstein se hizo amigo de Paul Robeson, actor, escritor, atleta, cantante y activista afroamericano de los derechos civiles. El fatal episodio acontecido en México afectó a la salud de Eisentein provocándole una depresión que le llevó a pasar un tiempo en un hospital mental en Kislovodsk en julio de 1933.
Ya de vuelta en la URSS Eisenstein se casó con la directora y escritora Pera Atasheva (1900-1965) en 1934, con quien permaneció hasta su muerte en 1948. Rodó El prado de Bezhin (1935), sobre un cuento de Iván Turgeniev, que de nuevo fue interrumpida, esta vez a causa de la censura del régimen de Stalin, pues el hecho de haber pasado Eisenstein una temporada en EEUU lo convertía en sospechoso. Entonces, al igual que Pudovkin, se apartó del mundo de la dirección durante un tiempo para dedicarse a la enseñanza. De la película queda una reconstrucción montada con fragmentos conservados por Eisenstein. El director se ganó la hostilidad de Boris Shumyatsky, el jefe de la industria cinematográfica soviética, quien pretendía crear en la URSS algo así como un “Hollywood estalinista”.
No sería hasta que Eisenstein volvió a la carga con Alexander Nevsky (1938) (para cuyo rodaje se le asignó un supervisor oficial) cuando el director volvió a ser del gusto de la administración del Estado soviético. La película era la primera sonora del director, con música de Sergéi Prokofiev y actores profesionales, y el protagonista volvía a ser un personaje individual, no la masa. Quedando para la posteridad la famosa escena de la batalla en el hielo, el director dejó de lado su anterior estilo realista con el que desarrollaba sus teorías sobre el montaje para optar por una mayor aproximación a la reconstrucción de la Historia. Por esta película, que narra las batallas de Alexander Nevsky contra los teutones en el siglo XIII, Eisenstein recibió el Premio Stalin y la Orden de Lenin. Aún así, la película tuvo que dejar de ser distribuida al firmar Stalin y Hitler el pacto de no agresión. La Orden de Lenin sería el galardón que también obtendría con Iván el terrible (1942), una película que cuenta la historia del primer zar de Rusia, Iván Grosni (Iván IV), el cual es presentado como un héroe nacional, un hombre de profundas creencias religiosas que se ve obligado a enfrentarse a la Iglesia rusa de su época, empeñada en mantener sus privilegios feudales. No obstante, la segunda y tercera parte de Iván el terrible, las cuales Eisenstein pretendía hacer en color, no corrieron la misma suerte que su antecesora. La conjura de los boyardos (1943), que así se llamaba la segunda parte, fue parcialmente destruida, quedando sólo una pequeña parte del trabajo original, y no pudo ser estrenada hasta la muerte de Stalin en 1953, entre otras cosas porque ya no presentaba a un Iván glorioso y héroe nacional, sino a un personaje sanguinario claramente asimilable a Stalin. En cuanto a la tercera parte de Iván el Terrible, apenas pudo ser rodada, y sólo se conservan algunas escenas. Para entonces Eisenstein ya había fallecido, el 11 de febrero de 1948 en Moscú a los 50 años, a causa de un ataque al corazón. A día de hoy está enterrado en el cementerio de Novodevichy, en Moscú.

Una de las características del cine de Eisenstein es el uso de actores no profesionales para sus películas, algo que dotaba al film de una mayor naturalidad al escoger para cada papel a “actores” de la misma clase social y cultural que su personaje. De hecho, uno de los personajes de El acorazado Potemkin que estuvo presente en la revuelta del acorazado en 1905 fue actor y a la vez asesor histórico de Eisenstein durante la producción de la película. Esto se seguiría haciendo también años después, sobretodo por parte de los neorrealistas italianos como Roberto Rossellini. Las películas de Eisenstein se alejan del individualismo, algo que podemos ver al comprobar que los protagonistas de sus películas no son personas, sino conjuntos de personas, masas. Además, sus temáticas solían girar en torno a la lucha de clases promovida por Karl Marx. Al igual que Kuleshov, Eisenstein consideraba el montaje como la esencia del cine. A pesar de haberse inspirado en la Intolerancia de Griffith para desarrollar sus teorías del montaje, Eisenstein renegará del montaje clásico, y optará por teorías derivadas de los ideogramas japoneses, según los cuales a partir de dos ideas se saca una tercera. No obstante, Eisenstein sería consciente de la deuda que los jóvenes directores soviéticos tenían con Griffith, pues, según el propio Eisenstein, “el papel de Griffith en la evolución del sistema del montaje soviético fue tan grande como lo había sido Dickens en la creación de los métodos de Griffith”. Para Eisenstein el montaje es “una idea que surge de la colisión dialéctica entre otras dos, independientes la una de la otra”. Eisenstein entendía que el movimiento habría de venir dado por el montaje y por la acción; jamás por la cámara. De ahí los escasos movimientos de cámara que pueden registrarse en su filmografía.
A continuación, vamos a profundizar en la obra clave de Eisenstein, sobre la que (según dicen) más se ha escrito y que ha sido considerada numerosas veces la mejor película de la historia, El acorazado Potemkin.

6. El acorazado Potemkin
6.1. Ficha técnica
Título original: Bronenosets Potyomkin
Director: Sergéi Eisenstein
Nacionalidad: URSS
Año: 1925
Duración: 80 minutos
Productor: Jacob Bliokh
Producción: Goskino y Mosfilm
Guión: Nina Agadzhanova y Sergéi Eisenstein
Fotografía: Vladimir Popov y Eduard Tissé
Música: Edmund Meisel y Dimitri Shostakovich
Montaje: Sergéi Eisenstein
Dirección artística: Vasili Rakhals
Estudio: TBA
Intérpretes: Aleksandr Antonov (Grigory Vakulinchuk), Vladimir Barsky (Comandante Golikov), Grigory Aleksandrov (Oficial Jefe Miliarovsky), Mikhail Gomorov (marinero), Iván Bobrov (marinero), Beatrice Vitoldi (Mujer con carrito de bebé), Julia Eisenstein (mujer con comida para los marineros), Aleksandr Levshin (suboficial) N. Poltavseva (mujer con quevedos), Konstantin Feldman (estudiante agitador), A. Glauberman (niño herido).

El acorazado Potemkin es una película de 1925 dirigida por Sergueï Mikaïlovitch Eisenstein. Como decíamos antes, no sólo se considera la mejor obra de Eisenstein, sino que es posiblemente la mejor película de la historia del cine, uno de los pilares del séptimo arte actual, siendo la favorita de personalidades como Charles Chaplin o Billy Wilder. La película es una crónica histórica de la revolución rusa que se levantó en 1905 contra los zares, 80 minutos que descubrieron el montaje puesto en práctica por Eisenstein en el cine mundial. Aunque es verdad que se adelantó a su tiempo, hemos de analizar El acorazado Potemkin dentro de su contexto histórico

6.2. Contexto histórico
A principios del siglo XX el mundo estaba experimentando una serie de cambios, destacando sobre todos la Revolución Rusa de 1917, la que es considerada como el más grande experimento social de la historia moderna.
El régimen zarista no quiso participar en la Primera Guerra Mundial, pero también era consciente que estaba en juego la dominación de Alemania en Europa. Por tanto, finalmente rusos de clase alta y burgueses ayudaron en el esfuerzo de guerra del régimen. Sin embargo, los campesinos y trabajadores participaron en el conflicto con menos entusiasmo. Alemania era muy fuerte, contaba con un potente ejército y con importantes aliados, como Austria y el Imperio Otomano. Además, Rusia estaba luchando a la vez en la guerra inglesa, lo que hizo que su esfuerzo fuese considerable.
El régimen zarista fue tumbado por los soviets, quienes establecieron un régimen sin clases sociales basadas en el nivel económico (aunque sí en el político), inspirándose en las ideas marxistas del siglo XIX. Entonces el Ejército guardó distancia, en parte por razones económicas, y sobre todo porque la desconfianza pública hacia el régimen se profundizó por la corrupción y la traición. Este cambio, como es lógico, también vio su reflejo en las artes: pintura, música, literatura, y también cine, donde se desarrollaron vanguardias dispuestas a romper con lo conocido hasta entonces. Así, por ejemplo, surgió el Expresionismo en Alemania, Griffith hizo las obras maestras El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1916), en la URSS Dziga Vertov comenzaba sus experimentos con el cine-ojo, y Eisenstein y Pudovkin sentarán las bases del nuevo lenguaje cinematográfico.
Lenin, el líder de los bolcheviques, huyó a Finlandia, donde escribió El Estado y la Revolución, llamando a una forma de gobierno basada en organizaciones de trabajadores o soviets. En octubre volvió a Petrogrado, donde lideró la Revolución bajo el lema “¡Todo el poder para los soviets!”. Los bolcheviques asesinaron al zar y a su familia, poniendo así fin a la última dinastía rusa.
Aunque Rusia se estaba industrializando de forma rápida, sólo una pequeña parte de la población tenía unas condiciones dignas de vida. Los campesinos y obreros industriales seguían siendo la escoria de la sociedad. Las continuas derrotas en guerras generaron un descontento en la población que acabó desembocando en revueltas y caos.
Entre 1918 y 1921 se produjo en Rusia una guerra civil tras la que se aprobó la primera Constitución soviética.
El 29 de diciembre de 1922 se aprobó el Tratado de Creación de la URSS y su Declaración. El 1 de febrero de 1924 la URSS fue reconocida por el Imperio británico, entonces potencia mundial.
Desde los primeros días en que los bolcheviques estuvieron en el poder la economía, la industria y la política fueron reestructuradas. Dentro de esta reestructuración destacaba el Plan GOELRO, que proponía la totalidad electrificación del país, dando muestra de un considerable avance con respecto a la Rusia zarista. El plan, que empezó en 1920, se desarrolló durante 10 y 15 años. Se construyeron 30 centrales eléctricas regionales, diez de ellas hidroeléctricas y se electrificaron muchas empresas industriales. El plan fue prototipo del siguiente Plan Quinquenal finalizado en 1931.
Durante los años veinte se permitió que pequeñas empresas privadas coexistieran con las estatales, y el requisamiento de los productos obtenidos en los campos fue sustituido por un impuesto sobre los alimentos, según estipulaba la Nueva Política Económica. A la muerte de Lenin en 1924, y tras una lucha encarnizada por el poder entre Trotski y Stalin, éste último acabó por hacerse con el control de la URSS a mediados de 1920 con métodos no del todo limpios, pues incluyeron purgas de los miembros incómodos y deportaciones a Siberia, entre ellas la del propio Trotski y antiguos compañeros bolcheviques que participaron en la Revolución de 1917.
Puesto que el gran cambio que estaba experimentando el mundo era consecuencia de guerras, revoluciones y derramamientos de sangre, no es de extrañar que El acorazado Potemkin, cuyo director vivió en ese contexto, trate precisamente de eso, de un tema de carácter bélico donde vemos a unos hombres que se rebelan contra sus superiores, teniendo que lamentar muertes para poder alcanzar la sociedad comunista deseada.
En 1925 todavía se seguía teniendo como referente al teatro a la hora de hacer cine, y no existía un lenguaje cinematográfico propio y maduro, a excepción de Griffith en EEUU. Será entonces cuando los grandes maestros soviéticos empiezan a desarrollar sus teorías sobre el montaje hasta convertirse en una vanguardia cinematográfica cuya aportación e innovación al séptimo arte es de innegable valor.

6.3. Argumento
El acorazado Potemkin va surcando el Mar Negro, cuando está regresando de la guerra contra Japón. Los marineros del barco, que sufren unas condiciones pésimas de trabajo día tras día, son obligados a comer carne podrida con gusanos y sopa hecha a partir de dicha carne. Este hecho constituye la gota que colma el vaso, decidiendo los marineros rebelarse contra sus oficiales.
La película está dividida en cinco episodios:
- Hombres y gusanos. Los marineros protestan porque no quieren comer la carne podrida que les dan los oficiales ni la sopa hecha a partir de esa carne.
- Drama en el Puerto. Los marineros se rebelan contra sus superiores, y su líder, Vakulinchuk, muere en el motín asesinado por el Capitán. Algunos oficiales encargados de ejecutar a los sublevados acaban por unirse a ellos en la rebelión contra sus superiores.
- El muerto clama. Los marineros levantan un pequeño templo donde el cuerpo de Vakulinchuk descansa, siendo velado por los ciudadanos de Odessa. En el cuerpo del difunto se ha dejado una nota que reza “Muerto por un plato de sopa”.
- La escalera de Odessa. La guardia del zar reprime a los ciudadanos amotinados en las escalinatas en solidaridad con los marineros del Potemkin.
- Encuentro con el escuadrón. El escuadrón enviado por el zar para derrotar al Potemkin finalmente se une a éste y la Revolución triunfa.

6.4. Historia en la que está basada la película
El acorazado Potemkin
está parcialmente basado en hechos reales investigados por Eisenstein y sucedidos en el puerto de Odessa (Ucrania) el 26 de junio de 1905. El director soviético habló con sobrevivientes de la matanza, y encontró dibujos hechos por un pintor francés sobre la carga en la escalinata de Odessa. Aunque no se sabe al cien por cien cómo ocurrieron exactamente los hechos, sí se acepta que en la versión que nos ofrece Eisenstein hay más semejanzas que diferencias.
El Príncipe Potemkin de Táurica era un acorazado de la flota rusa del Mar Negro que podía alcanzar los 16 nudos de velocidad (30 km./h). Fue construido en el astillero de Nikoláyev el 8 de octubre de 1898, y su nombre es un homenaje a Grigori Potiomkin, un militar ruso del siglo XVIII.
El buque se hizo famoso debido a la sublevación de los marineros contra sus oficiales que en él tuvo lugar en 1905, cuando el acorazado navegaba por el Mar Negro volviendo de la guerra contra Japón, en el contexto de la Revolución de aquel año, la cual sería un antecedente de la triunfante en 1917. En 1905 el Comité Central de la Organización Socialdemócrata de la Flota del Mar Negro inició los preparativos para una sublevación en cada buque de la flota. Entonces, el acorazado Potemkin estaba ya en alta mar y, aunque la revuelta estaba prevista para otoño, en él la revolución estalló el 14 de junio.
La revuelta fue iniciada por el segundo oficial, Ippolit Giliarovsky, que amenazó con represalias a un grupo de marineros que se negaban a comer la carne por estar ésta podrida y llena de gusanos. Giliarovsky reunió a los marineros frente a una tropa de infantería para ejecutarles, cuando los marineros suplicaron a sus verdugos que no les matasen. Lo cierto es que los hechos que desataron la sublevación siguen siendo a día de hoy desconocidos, pues han sido sustituidos por los presentados en la película de Eisenstein, aunque sí se sabe que la disciplina en el acorazado era durísima y la moral muy baja tras la derrota en la guerra contra Japón.
Los oficiales trataron de parar el motín, y en el tiroteo ocasionado murieron siete de los 18 oficiales del Potemkin, incluyendo al capitán Evgeny Gólikov, al segundo oficial y al oficial médico, quien dio el visto bueno a la carne podrida para ser comida. El marinero Gregory Vakulinchuk fue herido y posteriormente muerto. Los marineros entonces se organizaron en torno a una comisión liderada por Afanasi Matushenko.
Esa misma noche el acorazado llegó al puerto de Odessa ondeando una bandera roja. En la ciudad había declarada una huelga general, y la llegada del acorazado amotinado no hizo más que calentar los ánimos. No obstante, hay que decir que sí existía la confusión entre los marineros amotinados en el acorazado y los huelguistas de Odessa.
El 16 de junio se celebró el funeral de Vakulinchuk, y los manifestantes se acumularon en las escalinatas de Odessa, donde fueron reprimidos por los soldados zaristas. No se sabe a ciencia cierta si dicha carga contra los manifestantes existió o no, pero tanto el corresponsal del London Times como el cónsul británico residente informaron de enfrentamientos entre manifestantes y soldados por toda la ciudad, los cuales provocaron numerosas muertes. No obstante, el crítico de cine Roger Ebert escribió que “la verdad es que no hubo, de hecho, una masacre zarista en las escaleras de Odessa, lo que apenas disminuye el poder de la escena (…) es irónico que [Eisenstein] la realizó tan bien que hasta el día de hoy la masacre de las escaleras de Odessa es a menudo tomada como si realmente hubiese ocurrido”. Además, James Goodwin señala que, aún sabiendo Eisenstein que había quien ponía en duda su versión de los hechos, hizo poco para refutarles.
A la noche siguiente el Potemkin disparó contra el cuartel de la guardia zarista, provocando daños limitados y la muerte de un civil. Dos escuadrones de la flota del Mar Negro fueron enviados para represaliar al Potemkin. Éste se negó a rendirse y continuó navegando a través del escuadrón, quienes decidieron no dispararle. Además, uno de los acorazados (el Georgiy Pobedonósets) se unió al Potemkin, mientras que el resto del escuadrón se dirigía a Sebastopol.
En la noche del 18 de junio el acorazado fue a Constanza, en Rumanía, en busca de combustible y suministros. El 20 de junio la tripulación envió un comunicado donde expresaba su intención y deseo de hacer frente al régimen zarista. A pesar de todo, las autoridades rumanas les denegaron la posibilidad de avituallarse, y lo mismo ocurrió en Teodosia el 22 de junio, donde se llegó incluso a abrir fuego contra el Potemkin. El 25 de junio la tripulación volvió a Constanza y el buque fue entregado a las autoridades rumanas, quienes la devolvieron al Gobierno ruso.
En octubre de 1905 el Potemkin fue renombrado como Panteleimon, y en abril de 1917 como Potemkin-Tavrícheski. Sin embargo, en mayo del mismo año se volvió a cambiar el nombre a Borets za svobodu (“luchador por la libertad”). En 1918 los alemanes se hicieron con el barco, y luego los rusos blancos. En abril de 1919 los intervencionistas, para evitar que el barco cayese en manos de los bolcheviques, lo destruyeron mediante una explosión controlada cuando el buque se encontraba en el puerto de Sebastopol.
La mayoría de los amotinados (unos 600) quiso permanecer en Rumania en 1905, por lo menos hasta la Revolución de febrero 1917. De los que sí volvieron a Rusia, siete fueron ejecutados como cabecillas de la insurrección y 56 condenados a diversas penas.
Entre los que se quedaron en Rumanía se encontraba el líder Matushenko, que junto con otros cuatro compañeros volvió a Rusia en 1907, donde se les había prometido una amnistía, pero fueron arrestados y colgados. Otro de los cabecillas, Joseph Dymtchenko, huyó de Rumanía en 1908 junto con otros 31 marineros a Argentina. Un marinero llamado Iván Beshov logró llegar a Irlanda por Turquía y Londres, donde hay quien dice que conoció a Lenin. Beshov murió el 25 de octubre de 1987, a la edad de 102 años, siendo probablemente el último superviviente de la tripulación del Potemkin.
Lenin dijo que la rebelión del Potemkin fue un acontecimiento muy importante porque constituyó el primer intento de crear un ejército revolucionario. Lo llamó “territorio invicto de la revolución”, y tuvo una clarísima influencia en los acontecimientos de 1917.

6.5. Música
La música de El acorazado Potemkin fue compuesta por Edmund Meisel en doce días por una tardía aprobación a causa de la censura, y consta de flauta, trompeta, trombón, percusiones y cuerdas. La pieza fue interpretada por una orquesta de salón cuando la película se estrenó en Berlín en 1926. En la versión actual puede escucharse el piano de Mark-Andreas Schlingensiepen. En el DVD podemos escuchar también a los compositores Dimitri Shostakóvich y Nikolai Kriukov. Hay que señalar que el propio Eisenstein dijo que quería que cada cierto tiempo se compusiese nueva música para su película, de forma que se conservase su relevancia para cada nueva generación. Así, en 1986 Eric Allman compuso una música electrónica original para una muestra que tuvo lugar durante el Festival de Cine de Berlín de ese mismo año, como conmemoración del 60º aniversario del estreno alemán. Cabe aquí mencionar también al grupo musical Pet Shop Boys, que hicieron su particular versión acompañados por la Orquesta Sinfónica de Dresde. Uno de los sitios en los que tocaron fue el Trafalgar Square de Londres, pero también les tuvimos aquí en España en La Granja de San Ildefonso, en Segovia.

6.6. Producción
Rodada en Moscú, Leningrado, Odessa y Sebastopol, El acorazado Potemkin fue encargada a Eisenstein por el Gobierno soviético de entonces para ensalzar los valores de la Revolución bolchevique de 1917, rescatando los hechos acontecidos en la revolución fallida de 1905, de la que se cumplía el vigésimo aniversario. El hecho de ser una película encargada por un Gobierno nos puede dar una idea de que no va a ser una obra muy objetiva, y de hecho hay quien no le perdona a Eisenstein ese servilismo al poder. El propio Lenin decía que “de todas las formas de arte, el cine es para nosotros la más importante”, puesto que es la forma más cómoda y eficiente de llegar a una masa analfabeta. Se presenta entonces el cine de manera didáctica, educando a la población en teoría revolucionaria. De hecho, narrativamente, El acorazado Potemkin es una película muy maniquea, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos, sin ningún tipo de matiz, lo que enfatiza todavía más el carácter propagandístico del film.
La película sigue los principios de la narrativa en tanto que plantea una situación insostenible (el maltrato y las vejaciones hacia los marineros) a la que sigue una reacción (los marineros se rebelan contra sus oficiales) que desemboca en un final utópico (el triunfo de la Revolución).
El acorazado Potemkin, aparte de ser una lección magistral de montaje y una muestra de movimientos de cámara novedosos, es un espejo de la libertad donde se exaltan las causas colectivas y al proletariado, que ha roto sus cadenas y puesto fin a la opresión. Destaca sobretodo la escena de la escalera de Odessa (también llamada Primorsky o las Escaleras Potemkin), con una perfecta coordinación de actores, donde mediante sus técnicas de montaje Eisenstein logra
transmitir al espectador la sensación de drama e injusticia, mostrando planos difusos de soldados destruyendo y aplastando todo frente a planos concretos de personas que forman parte de una multitud desconcertada y asustada. Esto hace que el espectador se identifique con algunos de los personajes del pueblo, mientras que no llega a sentir empatía por los soldados, pues, como decimos, aparecen en planos difusos cuando no cortados por el cuadro, sin vérseles la cara. Además, mientras que los planos de los soldados son rítmicos y fríos, los de la multitud huyendo son caóticos, durando los planos cada vez menos y generando así la sensación de drama.
Todos estos efectos lo que consiguen es alargar el tiempo, y algo que con seguridad no duró más de un minuto, en el montaje de Eisenstein dura seis. Todo ello a partir de mostrarnos en distintos planos acontecimientos que tienen lugar simultáneamente en una misma unidad de tiempo y espacio. La película consta de unas 1.300 tomas, cada una durando pocos segundos y la mayoría con movimiento.
Es por todas estas técnicas incorporadas por el propio Eisenstein que podemos referirnos a El acorazado Potemkin como cine de autor, aún habiendo sido encargado por el Gobierno soviético por razones propagandísticas, puesto que el director soviético no se limita a presentar los hechos objetivamente mediante el montaje, sino que aprovecha éste para ofrecerle al espectador su particular visión y provocar en él una reacción.
En cuanto al simbolismo, hay quien dice que las olas del principio del filme presagian una revuelta inminente, que de hecho acabaría por llegar. Del mismo modo, los gusanos encontrados en la carne podrida representarían a los marineros y su pésima situación. Los leones de piedra aparecidos cuando el Potemkin bombardea el cuartel general de Odessa podrían representar la furia de todo un pueblo levantado contra la tiranía de los zares.
Al principio, El acorazado Potemkin iba a ser un capítulo de una serie de ocho que, bajo el nombre de 1905, narrarían los hechos acontecidos durante la Revolución de aquel año, pero debido a las pésimas condiciones climáticas Eisenstein y su equipo tuvieron que cambiar el planning de rodaje. Fue entonces cuando el director decidió dedicarse exclusivamente al capítulo referente al motín en el acorazado Potemkin. Inicialmente con un guión de una página, la película constituye un innovador aporte a la narrativa audiovisual, descubriendo Eisenstein nuevas inclinaciones de cámara que provocan énfasis y diferentes sensaciones en el espectador, también mediante un proceso psicológico de asociación de imágenes.
Uno de los aspectos novedosos de El acorazado Potemkin es el hecho de que los rodajes tienen lugar en el exterior, en “decorados naturales”, como él los llamaba, puesto que por aquel entonces aún era normal rodar en estudios. Luego llegó el sonido, lo que impidió el rodaje en exteriores, que no sería retomado hasta después de la II Guerra Mundial con el neorrealismo italiano.
El hecho de que Eisenstein quisiese rodar en los mismos escenarios donde ocurrió todo le da un carácter realista innegable a la película. De hecho, quería rodar en el propio Potemkin, pero éste ya había sido destruido, por lo que hubo de conformarse con un barco parecido.

6.7. Influencia de la película en obras posteriores
Una de las escenas más famosas de la película, que constituyen quizá los seis minutos más importantes de la historia del cine, es aquella en la que podemos ver en la escalera de Odessa una madre con su bebé en un carrito. Los cosacos disparan a la madre matándola, y el carrito cae escaleras abajo con el bebé dentro. Esta escena ha sido homenajeada en muchísimas
películas como por ejemplo en El Padrino, de Coppola; Los intocables de Elliot Ness, de Brian De Palma; en Bananas y La última noche de Boris Grushenko, de Woody Allen; en Brazil, de Terry Gilliam; en la tercera parte de Agárralo como puedas, de Peter Segal; en La guerra de las galaxias Episodio III: La venganza de los Sith, de George Lucas; en Alta traición, de Tibor Takac; en una película hindú de Chandrashekhar Narvekar; en La pistola desnuda 33⅓: El insulto final, de Zucker; en la comedia italiana Il secondo tragico Fantozzi; en El cristiano mágico, de Peter Sellers; y también en Los Simpson, cuando Homer rescata al bebé y también cuando Lisa lanza a Maggie en una estética similar a la de la película. La fuerza con la que Eisenstein presenta al Ejército influyó también en posteriores filmes bélicos, como El puente sobre el río Kwai (1957), de David Lean, así como en las películas de John Ford, quien también enfatiza la fuerza del momento fotografiando las botas de los soldados a caballo.
También es conocida la influencia de la película en el pintor Francis Bacon, quien explica que El acorazado Potemkin fue el catalizador de su trabajo.

6.8. Respuesta del público
Eisenstein esperaba que El acorazado Potemkin atrajese a las masas proletarias, pero lo cierto es que esto no ocurrió, debido a que el lenguaje cinematográfico empleado por el director en su obra maestra estaba tan adelantado a su tiempo que la gente no lo entendió. No obstante, la película sí que tuvo éxito en otros muchos países. El propio ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, dijo que El acorazado Potemkin era “una película maravillosa sin igual en el cine (…) cualquier persona sin profundas convicciones políticas podría hacerse bolchevique con sólo ver la película”.
Después de estrenarse en Moscú en enero de 1926, donde aguantó cuatro semanas en cartel y la introducción de Trotski fue eliminada, la película se estrenó en EEUU, donde fue vista por pequeños grupos de cineastas y críticos, debido a que su circulación fue restringida incluso antes de la implantación del Código Hays (una guía con pautas a seguir para poder realizar una película o aprobarla para ser vista por las audiencias de dicho país). A pesar de todo, las grandes productoras eran conscientes del gran potencial que Eisenstein tenía como cineasta al margen de sus ideas políticas. El propio David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó, vio la película y recomendó a su jefe de la MGM que se hiciese una copia, puesto que podría ser “muy ventajoso que la administración la viera de la misma manera que un grupo de artistas podrían estudiar una pintura de Rubens o Rafael”. En opinión de Selznick, El acorazado Potemkin era “una de las más grandes películas jamás hecha”, y la MGM “debería considerar conseguir al hombre responsable de ella”. En Alemania se censuraron las escenas excesivamente violentas, y fue prohibida durante el régimen nazi. En Gran Bretaña y España también fue prohibida, aunque en España la prohibición se levantó durante la II República. También se prohibió en Francia y otros países debido a su contenido revolucionario. De hecho, llegó a ser prohibida incluso en la propia URSS, cuando el Komintern dejó de apoyar las deserciones en los barcos de los países capitalistas por razones diplomáticas.
En 1952 fue escogida como la primera de las diez mejores películas de la historia del cine. En 1958 se volvió a colocar en el primer puesto de las doce mejores películas en una votación que contó con 117 historiadores, de los que 110 optaron por colocarla en el primer puesto. El mismo año fue elegida mejor película del cine mundial por votación de los cineastas en la exposición de Bruselas. En 1990 fue elegida como la mejor obra del cine europeo de todos los tiempos. En 2004 se terminó la restauración del film, incluyendo las escenas violentas anteriormente eliminadas y la introducción de Trotski. No obstante, las traducciones desde el ruso no tienen la retórica revolucionaria que poseían en 1925.

7. Conclusión
Sin lugar a dudas, El acorazado Potemkin constituye un punto de inflexión en la Historia del Cine, es con total seguridad una película adelantada a su tiempo. Cosas que hoy nos parecen obvias a la hora de montar una película, nos lo parecen precisamente porque hubo años atrás un grupo de maestros soviéticos que investigaron, invirtieron tiempo, experimentaron con la cámara y con el lenguaje que el cine ofrecía. Es a todas aquellas personas a las que debemos nuestro cine y nuestra forma de hacerlo.
En cuanto al debate de si El acorazado Potemkin es arte o es propaganda, creo que a lo largo de estas páginas ha quedado más que claro que es las dos cosas. Evidentemente, desde que una película es encargada por un Gobierno para legitimar entre las masas y hacerles tener siempre presente la Revolución que lo ha llevado al poder, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se tratará de una película propagandística. El acorazado Potemkin es propaganda, eso no se puede dudar. Los personajes son demasiado simples, es una película en la que se ofrece todo mascado y el público únicamente tiene que tragar y digerir. Esa sencillez hace más efectivo todavía el carácter propagandístico del filme.
Pero es importante dejar bien claro que el hecho de que la película sea un ejercicio de propaganda descarado no implica que no sea arte. Porque si en algo están de acuerdo la inmensa mayoría de los mortales con un mínimo de interés y conocimiento sobre cine es que El acorazado Potemkin es una obra de arte y una joya cinematográfica. Eisenstein sorprendió al mundo con su película debido a la novedad de su técnica. Planos cortos, transmitiendo emociones y generando respuestas y empatías en el público. La forma que tuvo Eisenstein de presentar los hechos hizo que el público se declarase del lado de los oprimidos y no de los opresores, y todo ello recurriendo a soluciones de carácter técnico, tales como presentar a los soldados despersonalizados, como una masa borros, y al pueblo como personas con rostro, mostrándonos que hay vida dentro de esos cuerpos, y que bien podría ser cualquiera del público el que se viese en la situación de los personajes aparecidos en la película.
Es por todo esto que podemos afirmar que El acorazado Potemkin es propaganda, sí, pero también es arte. De todas formas, al margen del debate, lo que sí está claro es que tardaremos en tener en nuestras pantallas una película de importancia similar a la que tuvo y aún hoy tiene El acorazado Potemkin. Tampoco sería descabellado decir que una película así sólo se hace una vez.

8. Fuentes consultadas
- http://es.wikipedia.org/
- http://www.filmaffinity.com/
- http://www.telepolis.com/
- http://www.blogdecine.com/
- http://www.cinepatas.com/
- http://www.rincondelvago.com/
- http://www.decine21.com/
- http://www.aulas.ulpgc.es/cine/auladecine/
- http://www.cinematismo.com/
- http://www.todocine.com/
- http://www.proscritos.com/
- http://www.film.u-net.com/
- http://www.londonfoodfilmfiesta.co.uk/
- http://www.carleton.edu/
- http://www.epdlp.com/
- http://cinemexicano.mty.itesm.mx/front.html
- http://la-penultima-pelicula.blogspot.com/


4 comentarios:

  1. ¿Piensas que alguien se va a leer toda la critica?

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  2. Jajaja!!

    Hombre, no es una crítica, sino un trabajo que hice para clase. Pensé que sería interesante.

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  3. Muchas gracias Fernando, lei con atencion y dio algunas claves para comenzar un examen de sociologia. gracias!!

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  4. Cómo son los de la complu, año tras año mandando los mismo trabajos.

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