Uno de los directores más conocidos y con más renombre de la época del Nuevo Hollywood es Hal Ashby, posiblemente el más fumado y colocado de toda aquella pandilla de hippies que querían jugar al cine y parecerse a Antonioni, Fellini o a Bergman.
Una de sus obras más conocidas, si no la que más, es Harold and Maude, la cual relata la historia de un chaval (Bud Cort) obsesionado con la muerte y su peculiar idilio con una mujer octogenaria (Ruth Gordon).
Harold and Maude es una bella película acerca de la vida y su aceptación, todo ello envuelto en un ambiente de amor libre en el que, sin ningún lugar a dudas, su director debía sentirse como pez en el agua. De hecho, según cuentan, el director quería una escena en la que el chaval y la vieja apareciesen follando, pero la Paramount, evidentemente, ni por asomo toleraba tragar con eso.
He de decir, no obstante, que aunque la película empieza de manera realmente impactante y de forma bastante prometedora, conforme avanza el metraje va decayendo, llegándose a hacer aburrida y únicamente salvándose por alguna que otra escena inteligente que el chiflado de Ashby (quien, por cierto, realiza un cameo en la película) tiene la bondad de enseñarnos. Al final me acaba ganando, pero lo hace muy a regañadientes.
Uno de los fuertes de Harold and Maude es, con diferencia, la fotografía, que acompañada por la voz de Cat Stevens hace que podamos paladear unas deliciosas imágenes y podamos decir, por lo menos, que la película es agradable de ver.
Una de sus obras más conocidas, si no la que más, es Harold and Maude, la cual relata la historia de un chaval (Bud Cort) obsesionado con la muerte y su peculiar idilio con una mujer octogenaria (Ruth Gordon).
Harold and Maude es una bella película acerca de la vida y su aceptación, todo ello envuelto en un ambiente de amor libre en el que, sin ningún lugar a dudas, su director debía sentirse como pez en el agua. De hecho, según cuentan, el director quería una escena en la que el chaval y la vieja apareciesen follando, pero la Paramount, evidentemente, ni por asomo toleraba tragar con eso.
He de decir, no obstante, que aunque la película empieza de manera realmente impactante y de forma bastante prometedora, conforme avanza el metraje va decayendo, llegándose a hacer aburrida y únicamente salvándose por alguna que otra escena inteligente que el chiflado de Ashby (quien, por cierto, realiza un cameo en la película) tiene la bondad de enseñarnos. Al final me acaba ganando, pero lo hace muy a regañadientes.
Uno de los fuertes de Harold and Maude es, con diferencia, la fotografía, que acompañada por la voz de Cat Stevens hace que podamos paladear unas deliciosas imágenes y podamos decir, por lo menos, que la película es agradable de ver.
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