sábado, 8 de enero de 2011

UNO DE LOS NUESTROS, Martin Scorsese (1990) [7,5/10]

Una de las obras más potentes del neoyorquino Martin Scorsese es Goodfellas, o como fue traducida en España, Uno de los nuestros.

La historia, basada en la novela Wiseguy de Nicholas Pileggi, quien además es co-guionista de la obra junto con el director; repasa las experiencias que Henry Hill (Ray Liotta) vivió mientras estaba en la mafia, donde comenzó como chico de los recados y con el paso de los años llegó a estar en la cima, codeándose con toda esa gentuza que vive a cuerpo de rey porque la ley del más fuerte está de su lado.

La sociedad que Scorsese nos presenta en sus películas es una sociedad-escoria. Nadie que aparezca ahí merece seguir viviendo, y está más que claro que el mundo sería un lugar mejor si toda esa pandilla de miserables a los que Joe Pesci, Robert De Niro y compañía dan vida excelentemente desapareciese de la faz de la Tierra. Ningún personaje que aparezca en Uno de los nuestros puede caernos bien. Sin embargo, como espectadores, somos incapaces de no reírles las gracias a todos esos matones cuando hacen de las suyas. De tan decadente que resulta el panorama que el director nos presenta, sólo nos queda aceptar sus reglas y reír con ellos, identificarnos con ellos, sufrir con ellos. Así, a través de los ojos de Henry Hill, llegaremos a contemplar el mundo de la mafia incluso con envidia: querremos ser como esos cerdos que se ríen de nosotros porque, además de pagar impuestos, nos levantamos a las siete de la mañana para ir a currar; querremos estar en la cima del crimen organizado, porque sabremos que ahí es donde verdaderamente está el poder, y no en las instituciones.

Uno de los nuestros es una de las joyas más relucientes que el cine americano ha brindado, y su director, Martin Scorsese, hace ya décadas que se abrió un más que merecido hueco en el hall of fame de los grandes del séptimo arte. Con una soberbia realización que resulta ser toda una lección de cine (atención a los planos secuencia) y una brillante interpretación de todos y cada uno de los actores que aparecen en la pantalla, la única pega que quizá se le podría poner a Uno de los nuestros es que el exceso de voz en off que presenta puede llegar a molestar, pero nada especialmente grave.


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