Una de las películas de las que más se habla a la hora de alabar su estructura narrativa por original es 21 gramos, dirigida por Alejandro González Iñárritu y escrita por Guillermo Arriaga.
El principal atractivo de esta manera tan peculiar de contar las historias reside en que las secuencias están descolocadas, y es el espectador el que carga con el muerto de tener que recolocarlas para entender de qué carajo va la peli. Sería injusto hablar de “las películas de Iñárritu” a la hora de referirse a esta forma de estructurar la narración, dado que ese desorden viene ya dado en el guión, limitándose el realizador a seguir los pasos marcados por el guionista. Parece ser que por eso, según afirman las cotorras entendidas en séptimo arte, Arriaga e Iñárritu se han peleado, por llevarse éste el mérito de aquél, y eso explicaría por qué el guión de Biutiful, la última película de Iñárritu que algunos califican como la peor del director, está escrita por él mismo. Cosas de egos.
Lo mejor que te pueden contar para que veas 21 gramos es nada, porque la gracia está precisamente en el hecho de que no entiendas absolutamente nada en el principio y acabes por entenderlo todo cuando la película acabe.
La redención, el sentimiento de culpa, el agradecimiento y el deseo de venganza danzan juntos en esta espectacular cinta de Iñárritu (la segunda tras Amores perros), con un más que atractivo reparto que realiza una mejor interpretación.
Hay historias que precisan ser contadas de una forma y no de otra. ¿Es necesario en el caso de 21 gramos? No sabría decirlo habiéndola visto sólo una vez, pero no me extrañaría que alguno la calificase de tramposa. Al fin y al cabo, cualquier historia que despedaces, desordenes y luego presentes para que el respetable la ordene, resulta entretenida. A la hora de hacer un puzzle, el principal interés reside en el propio hecho de hacerlo, pero una vez que éste está hecho, ¿qué más da si la imagen que queda es bonita o fea? ¿Qué más nos da hacer un puzzle en el que aparezca el rostro de la Gioconda o un dibujo de Oliver y Benji? Con 21 gramos, y según tengo entendido también con el resto de películas escritas por Arriaga, pasa igual. Es muy divertido ir ordenando cada escena y cada secuencia, pero una vez ordenadas ¿tenemos una buena historia? Es indiferente.
El principal atractivo de esta manera tan peculiar de contar las historias reside en que las secuencias están descolocadas, y es el espectador el que carga con el muerto de tener que recolocarlas para entender de qué carajo va la peli. Sería injusto hablar de “las películas de Iñárritu” a la hora de referirse a esta forma de estructurar la narración, dado que ese desorden viene ya dado en el guión, limitándose el realizador a seguir los pasos marcados por el guionista. Parece ser que por eso, según afirman las cotorras entendidas en séptimo arte, Arriaga e Iñárritu se han peleado, por llevarse éste el mérito de aquél, y eso explicaría por qué el guión de Biutiful, la última película de Iñárritu que algunos califican como la peor del director, está escrita por él mismo. Cosas de egos.
Lo mejor que te pueden contar para que veas 21 gramos es nada, porque la gracia está precisamente en el hecho de que no entiendas absolutamente nada en el principio y acabes por entenderlo todo cuando la película acabe.
La redención, el sentimiento de culpa, el agradecimiento y el deseo de venganza danzan juntos en esta espectacular cinta de Iñárritu (la segunda tras Amores perros), con un más que atractivo reparto que realiza una mejor interpretación.
Hay historias que precisan ser contadas de una forma y no de otra. ¿Es necesario en el caso de 21 gramos? No sabría decirlo habiéndola visto sólo una vez, pero no me extrañaría que alguno la calificase de tramposa. Al fin y al cabo, cualquier historia que despedaces, desordenes y luego presentes para que el respetable la ordene, resulta entretenida. A la hora de hacer un puzzle, el principal interés reside en el propio hecho de hacerlo, pero una vez que éste está hecho, ¿qué más da si la imagen que queda es bonita o fea? ¿Qué más nos da hacer un puzzle en el que aparezca el rostro de la Gioconda o un dibujo de Oliver y Benji? Con 21 gramos, y según tengo entendido también con el resto de películas escritas por Arriaga, pasa igual. Es muy divertido ir ordenando cada escena y cada secuencia, pero una vez ordenadas ¿tenemos una buena historia? Es indiferente.
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