sábado, 14 de mayo de 2011

PERVERSIDAD, Fritz Lang (1945) [9,3/10]

Cuando pensamos en el director Fritz Lang, enseguida nos viene a la cabeza la idea de que se trata de uno de los grandes del Expresionismo Alemán, y que en la vitrina de los trofeos de la Historia del Cine, entre muchas otras grandes películas, aún relucen sus excelentes obras Metrópolis o El doctor Mabuse. Sin embargo, del mismo modo que a Billy Wilder se le asocia irremediablemente a la comedia a través de películas como El apartamento y dejando de lado otras joyas dramáticas como El crepúsculo de los dioses o Testigo de cargo, muchas veces se nos olvida que Fritz Lang fue también uno de los más grandes y mejores cultivadores de cine negro del periodo clásico hollywoodiense. Dentro del cine negro, dos de las mejores películas que dirigió Lang fueron La mujer del cuadro y Perversidad, siendo esta última la que pretendemos reseñar hoy.

Basada en la novela de Georges de La Fouchardière y repitiendo el mismo reparto que en La mujer del cuadro, Perversidad es un remake de La golfa de Jean Renoir que cuenta la historia de Chris (Edward G. Robinson), un solitario empleado de banca que conoce a Kitty (Joan Bennett), una mujer con la que parece que su suerte va a cambiar, pero únicamente lo parece.


El espectador asiste a una historia de dominación y humillación, en la que el patetismo lo inunda todo y desde el minuto uno sentimos compasión por el bueno de Chris, al que Robinson da vida de forma excelentemente profesional. La historia viene a decirnos que ningún crimen queda impune, que toda acción trae sus consecuencias, y que de una forma u otra, más tarde o más temprano, acabaremos pagando por nuestros pecados.


Perversidad es cine negro del bueno, que carece de detective, pero nos trae a una de las más terribles mujeres fatales que se recuerdan en una pantalla. Gracias a su espléndida puesta en escena y a su elegantísima fotografía negra, las imágenes de Perversidad nos cautivan desde el inicio, haciendo de la película una de las obras de cine negro que más me ha sobrecogido últimamente. No podía ser de otra forma, siendo el cine negro casi una consecuencia lógica del Expresionismo Alemán, y siendo Fritz Lang uno de los más grandes exponentes de dicho movimiento.

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