miércoles, 25 de mayo de 2011

CISNE NEGRO, Darren Aronofsky (2010) [7,3/10]

Una compañía de ballet va a desarrollar una representación de El lago de los cisnes, para la cual se precisa a una bailarina capaz de interpretar tanto al cisne blanco como al cisne negro. La dulce e inocente Nina (Natalie Portman) es una de las favoritas cuando de encarnar al cisne blanco se trata, pero el hecho de que la sensual y explosiva Lily (Mila Kunis) sea la perfecta para dar vida al cisne negro generará una rivalidad entre ambas que, sumada a las presiones del estricto director de la pieza (Vincent Cassel), acabarán por forzar a la adorable Nina a sacar su lado más oscuro. Winona Ryder en el papel de una antigua bailarina retirada y Barbara Hershey como la exigentemadre de Nina, completan el reparto de Cisne negro, hasta la fecha la obra más madura de Darren Aronofsky.


Tal y como es habitual en sus películas, Aronofsky vuelve a relativizar el éxito, porque obliga a sus personajes, una vez en la cima, a sufrir hasta ser conducidos al másabsoluto de los fracasos, y en este sentido la Nina de Cisne negro no es menos. El espectador es forzado a acompañar a la protagonista a lo largo de su particular yartístico descenso a los infiernos de la perfección, perseguida por sus propias obsesiones, las cuales encuentran en la belleza –algo con lo que el ballet está sin duda muy relacionado- el mejor caldo de cultivo para salir a flote y desenvolverse de manera incontrolada en forma de drama psicológico.

Con un impactante sentido visual ayudado por la impecable fotografía del ya habitual en las películas de Aronofsky, Matthew Libatique; la cámara pasa a convertirse en un bailarín más de este sensacional ballet que constituye Cisne negro. El director hace gala de interesantes, aunque en cierto modo previsibles, juegos visuales posibilitados por la presencia de espejos en el lugar de ensayo de las bailarinas, algo que también le permite explotar la idea del doble de forma realmente majestuosa.

Ya desde su debut con Pi (fe en el caos), Aronofsky apostaba por lograr una atmósfera propia, que le permitiese adueñarse de un universo al que estamparle su firma y hacerlo reconociblemente suyo a ojos del público. En el caso de Cisne negro, la particular atmósfera que el director logra es triste hasta la extenuación, hasta el punto de que incluso los momentos de mayor alegría resultan terriblemente amargos y desesperanzadores, y la única válvula de escape que parece quedar es la de la locura.

Uno de los pilares principales encargados de sostener esta obra de Darren Aronofsky es la interpretación de Natalie Portman, la cual, al igual que sus compañeros de reparto (increíble Vincent Cassel), cumple su función con creces, regalándonos escenas que realmente ponen los pelos de punta y que dan fe de que nos encontramosante una de las mayores profesionales que existen actualmente en Hollywood.

Sin embargo, donde la película falla ligeramente es en el momento en que se pasa de efectista y juega demasiado al despiste con el espectador, cuando éste ya está cansado de juegos y realmente quiere conocer qué es lo que está ocurriendo con Nina.

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