ROBERT WIENE
Fue un director alemán de cine mudo que nació el 24 de abril de 1873 en la ciudad de Breslau, situada en la región de Silesia (actualmente en territorio polaco), Alemania.
Hijo del famoso actor de teatro Carl Wiene, su hermano Conrad también se hizo actor, director y guionista, pero Robert Wiene primero estudió Derecho en la Universidad de Berlín en 1894. Al igual que Griffith y otros cineastas de su época, Wiene inició su carrera en el teatro en 1908, apareciendo en pequeñas obras, pero no sería hasta 1912 cuando se involucraría en el mundo del celuloide con su guión para Die Waffen der Jugend. Más tarde debutaría con La pobre Eva (1914), para la que contó con el conocido actor Emil Jannings (El último, El ángel azul), lo que le hizo valerse como uno de los directores que sostenía con su producción la industria nacional. En 1914 firmó un contrato con la Berliner Messter-Film, donde trabajó como director y guionista en alrededor de treinta películas, al mismo tiempo que trabajaba para la Deutsche Bioscop y la Wiener Sascha Film, así como para otras compañías más pequeñas. En 1919, junto con Heinz Hanus, crea en Viena una asociación profesional de directores de cine, la cual gestionó hasta 1922.
Sobre Wiene se apoyó el productor Erich Pommer, de la Decla-Bioscop Film de Berlín, mientras estuvo en los estudios de la Universum Film Aktiengesellschaft (UFA), siendo uno más dentro de este equipo. Es entonces cuando le llega el momento de su triunfo definitivo al sorprender al mundo entero con la película que es considerada el pistoletazo de salida del Expresionismo Alemán, El Gabinete del Doctor Caligari (1920). Tras este exitazo Wiene siguió trabajando, en ocasiones con conocidos actores y actrices como Henny Porten (con quien ya había trabajado en Der Liebesbref der Königin, Das wandernde Licht y Die Räuberbraut, todas de 1916), Conrad Veidt y Lily Damita. Además escribió guiones para Murnau (Satanás, 1920), Rudolph Biebrach y Kart Gerhardt, y trabajó con el guionista Walter Turszinsky. Luego volvería a intentar triunfar con Genuine (1920), pero lo cierto es que esta película fue un desastre artístico y financiero.
En 1922 Wiene formó su propia compañía productora, Lionardo-Film, con la que más tarde haría Raskolnikow (1923), basada en la novela Crimen y castigo, de Dostoyevsky, las cuales (película y novela) tendrían una gran influencia en el cine alemán posterior. En 1924 Wiene volvió a Austria para dirigir la Wiener Pan-Film, así como para trabajar con Ludwig Nerz, quien tenía un contrato con dicha compañía. Películas como Orlacs Hände (1924) o Der Rosenkavalier (1925) son rodadas en Viena con la Wiener Pan-Film, esta última una adaptación de la ópera de Richard Strauss para la que contó con la ayuda del compositor Hugo von Hoffmannsthal. En 1926 volvió a Berlín, donde dirigió Die Geliebte (1927), Die Frau auf der Folter (1928) y Die grosse Abenteurerin (1928). En 1930, ya con el sonoro incorporado, dirigió Der Liebesexpress (1931), Panic in Chicago (1931) y Taifun (1933). Después de que Hitler tomase el poder en Alemania, Wiene se trasladó de Berlín a Budapest, donde rodó Una noche en Venecia (1934), de la que se hizo una versión en alemán y otra en húngaro. Luego se trasladó a Londres en 1937, y de ahí pasó finalmente a París, donde, junto con Jean Cocteau, trató de hacer un remake sonoro de El gabinete del Doctor Caligari que jamás llegó a ver la luz, en el que el propio Jean Cocteau interpretaría al sonámbulo Cesare.
Con muchas de sus películas desaparecidas a día de hoy, Robert Wiene falleció a causa de un cáncer el 16 de junio de 1938 en París, diez días antes de finalizar su última obra, Ultimátum, una película de espías que fue finalizada por su amigo Robert Siodmark.
EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI
El gabinete del Doctor Caligari (1920) (título original: Das Cabinet des Dr. Caligari) es una película imprescindible para entender gran parte de la producción cinematográfica alemana de los años veinte, la cual constituyó lo que se conoce como Expresionismo. Es una película inspirada en una serie de crímenes sexuales que tuvieron lugar en Hamburgo (Alemania), origen del Expresionismo Alemán, y caracterizada por el uso característico del espacio y de la luz como elementos dramáticos.
Del mismo modo, sentó las bases para lo que posteriormente sería conocido como “género de terror”, asombrando sobretodo, aparte de por sus elementos estéticos, por su increíble final.
El gabinete del Doctor Caligari bucea hasta lo más profundo del subconsciente, mostrándonos escenarios que connotan desesperación y locura, donde cualquiera puede ser sospechoso o estar loco, y donde al final la pregunta de quién es el loco queda sin responderse.
Fue un director alemán de cine mudo que nació el 24 de abril de 1873 en la ciudad de Breslau, situada en la región de Silesia (actualmente en territorio polaco), Alemania.
Hijo del famoso actor de teatro Carl Wiene, su hermano Conrad también se hizo actor, director y guionista, pero Robert Wiene primero estudió Derecho en la Universidad de Berlín en 1894. Al igual que Griffith y otros cineastas de su época, Wiene inició su carrera en el teatro en 1908, apareciendo en pequeñas obras, pero no sería hasta 1912 cuando se involucraría en el mundo del celuloide con su guión para Die Waffen der Jugend. Más tarde debutaría con La pobre Eva (1914), para la que contó con el conocido actor Emil Jannings (El último, El ángel azul), lo que le hizo valerse como uno de los directores que sostenía con su producción la industria nacional. En 1914 firmó un contrato con la Berliner Messter-Film, donde trabajó como director y guionista en alrededor de treinta películas, al mismo tiempo que trabajaba para la Deutsche Bioscop y la Wiener Sascha Film, así como para otras compañías más pequeñas. En 1919, junto con Heinz Hanus, crea en Viena una asociación profesional de directores de cine, la cual gestionó hasta 1922.
Sobre Wiene se apoyó el productor Erich Pommer, de la Decla-Bioscop Film de Berlín, mientras estuvo en los estudios de la Universum Film Aktiengesellschaft (UFA), siendo uno más dentro de este equipo. Es entonces cuando le llega el momento de su triunfo definitivo al sorprender al mundo entero con la película que es considerada el pistoletazo de salida del Expresionismo Alemán, El Gabinete del Doctor Caligari (1920). Tras este exitazo Wiene siguió trabajando, en ocasiones con conocidos actores y actrices como Henny Porten (con quien ya había trabajado en Der Liebesbref der Königin, Das wandernde Licht y Die Räuberbraut, todas de 1916), Conrad Veidt y Lily Damita. Además escribió guiones para Murnau (Satanás, 1920), Rudolph Biebrach y Kart Gerhardt, y trabajó con el guionista Walter Turszinsky. Luego volvería a intentar triunfar con Genuine (1920), pero lo cierto es que esta película fue un desastre artístico y financiero.
En 1922 Wiene formó su propia compañía productora, Lionardo-Film, con la que más tarde haría Raskolnikow (1923), basada en la novela Crimen y castigo, de Dostoyevsky, las cuales (película y novela) tendrían una gran influencia en el cine alemán posterior. En 1924 Wiene volvió a Austria para dirigir la Wiener Pan-Film, así como para trabajar con Ludwig Nerz, quien tenía un contrato con dicha compañía. Películas como Orlacs Hände (1924) o Der Rosenkavalier (1925) son rodadas en Viena con la Wiener Pan-Film, esta última una adaptación de la ópera de Richard Strauss para la que contó con la ayuda del compositor Hugo von Hoffmannsthal. En 1926 volvió a Berlín, donde dirigió Die Geliebte (1927), Die Frau auf der Folter (1928) y Die grosse Abenteurerin (1928). En 1930, ya con el sonoro incorporado, dirigió Der Liebesexpress (1931), Panic in Chicago (1931) y Taifun (1933). Después de que Hitler tomase el poder en Alemania, Wiene se trasladó de Berlín a Budapest, donde rodó Una noche en Venecia (1934), de la que se hizo una versión en alemán y otra en húngaro. Luego se trasladó a Londres en 1937, y de ahí pasó finalmente a París, donde, junto con Jean Cocteau, trató de hacer un remake sonoro de El gabinete del Doctor Caligari que jamás llegó a ver la luz, en el que el propio Jean Cocteau interpretaría al sonámbulo Cesare.
Con muchas de sus películas desaparecidas a día de hoy, Robert Wiene falleció a causa de un cáncer el 16 de junio de 1938 en París, diez días antes de finalizar su última obra, Ultimátum, una película de espías que fue finalizada por su amigo Robert Siodmark.
EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI
El gabinete del Doctor Caligari (1920) (título original: Das Cabinet des Dr. Caligari) es una película imprescindible para entender gran parte de la producción cinematográfica alemana de los años veinte, la cual constituyó lo que se conoce como Expresionismo. Es una película inspirada en una serie de crímenes sexuales que tuvieron lugar en Hamburgo (Alemania), origen del Expresionismo Alemán, y caracterizada por el uso característico del espacio y de la luz como elementos dramáticos.
Del mismo modo, sentó las bases para lo que posteriormente sería conocido como “género de terror”, asombrando sobretodo, aparte de por sus elementos estéticos, por su increíble final.
El gabinete del Doctor Caligari bucea hasta lo más profundo del subconsciente, mostrándonos escenarios que connotan desesperación y locura, donde cualquiera puede ser sospechoso o estar loco, y donde al final la pregunta de quién es el loco queda sin responderse.
Datos técnicos
Dirección: Robert Wiene
Producción: Rudolf Meinert y Erich Pommer
Guión: Hans Janowitz y Carl Mayer
Música: Giuseppe Becce
Fotografía: Willy Hameister
Decorados: Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig
Sinopsis original
La película trata sobre un peculiar doctor, conocido como Doctor Caligari (Werner Krauss), que llega a una feria en Holstenwall, un pueblo de montaña alemán, para exhibir una atracción singular: un sonámbulo llamado Cesare (Conrad Veidt) que adivina el pasado y predice el futuro. El doctor pide al público que haga su preguntas a Cesare, el cual las sabrá contestar. Alan (Han Heinrich von Tardowski), el amigo de Francis (Fiedrich Feher, el protagonista), pregunta hasta cuándo va a vivir, a lo que Cesare responde “hasta el amanecer”. Efectivamente, a la mañana siguiente Alan aparece muerto, quedando así cumplida la profecía del sonámbulo.
Francis se propone investigar el caso hasta aclarar lo ocurrido, para lo cual tendrá vigilado al Doctor Caligari. La misma noche en que Francis se queda en vela vigilando a Caligari y a Cesare, la novia de Francis, Jane (Lil Dagover), es secuestrada por Cesare, según ella misma explica. Francis dice que eso es imposible, no puede haber sido Cesare, porque él mismo le ha estado vigilando toda la noche y no se ha movido. Junto con un equipo de Policía, Francis entra en la casa del Doctor Caligari para descubrir que, en realidad, el Cesare que él había estado vigilando no era más que un muñeco para engañarle y tenerle entretenido mientras el verdadero Cesare cometía sus crímenes nocturnos. Tras haber sido descubierto, el Doctor Caligari echa a correr, llegando hasta un manicomio, donde se refugia. Al llegar Francis al manicomio pregunta por el Doctor Caligari, de quien los empleados afirman no tener el menor conocimiento. Aún así, le sugieren ir a ver al director del manicomio para preguntarle. Cuál es la sorpresa de Francis cuando, al llegar al despacho del director del manicomio, ve que el director es nada más y nada menos que el mismísimo Doctor Caligari. Francis, junto con el resto de empleados del manicomio, investiga y descubre que el Doctor Caligari es en realidad un personaje de 1793 experto en sonambulismo que aterrorizó en su día a todo el norte de Italia con sus asesinatos cometidos por un sonámbulo controlado por él. El director del manicomio se obsesionó con la historia del Doctor Caligari, y cuando le trajeron al manicomio a Cesare, el director pudo ver cumplido su sueño: convertirse en el Doctor Caligari y controlar al sonámbulo para que cometa toda suerte de crímenes por las noches. El director del manicomio, entonces, es encerrado con una camisa de fuerza y sometido a tratamiento.
Dirección: Robert Wiene
Producción: Rudolf Meinert y Erich Pommer
Guión: Hans Janowitz y Carl Mayer
Música: Giuseppe Becce
Fotografía: Willy Hameister
Decorados: Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig
Sinopsis original
La película trata sobre un peculiar doctor, conocido como Doctor Caligari (Werner Krauss), que llega a una feria en Holstenwall, un pueblo de montaña alemán, para exhibir una atracción singular: un sonámbulo llamado Cesare (Conrad Veidt) que adivina el pasado y predice el futuro. El doctor pide al público que haga su preguntas a Cesare, el cual las sabrá contestar. Alan (Han Heinrich von Tardowski), el amigo de Francis (Fiedrich Feher, el protagonista), pregunta hasta cuándo va a vivir, a lo que Cesare responde “hasta el amanecer”. Efectivamente, a la mañana siguiente Alan aparece muerto, quedando así cumplida la profecía del sonámbulo.
Francis se propone investigar el caso hasta aclarar lo ocurrido, para lo cual tendrá vigilado al Doctor Caligari. La misma noche en que Francis se queda en vela vigilando a Caligari y a Cesare, la novia de Francis, Jane (Lil Dagover), es secuestrada por Cesare, según ella misma explica. Francis dice que eso es imposible, no puede haber sido Cesare, porque él mismo le ha estado vigilando toda la noche y no se ha movido. Junto con un equipo de Policía, Francis entra en la casa del Doctor Caligari para descubrir que, en realidad, el Cesare que él había estado vigilando no era más que un muñeco para engañarle y tenerle entretenido mientras el verdadero Cesare cometía sus crímenes nocturnos. Tras haber sido descubierto, el Doctor Caligari echa a correr, llegando hasta un manicomio, donde se refugia. Al llegar Francis al manicomio pregunta por el Doctor Caligari, de quien los empleados afirman no tener el menor conocimiento. Aún así, le sugieren ir a ver al director del manicomio para preguntarle. Cuál es la sorpresa de Francis cuando, al llegar al despacho del director del manicomio, ve que el director es nada más y nada menos que el mismísimo Doctor Caligari. Francis, junto con el resto de empleados del manicomio, investiga y descubre que el Doctor Caligari es en realidad un personaje de 1793 experto en sonambulismo que aterrorizó en su día a todo el norte de Italia con sus asesinatos cometidos por un sonámbulo controlado por él. El director del manicomio se obsesionó con la historia del Doctor Caligari, y cuando le trajeron al manicomio a Cesare, el director pudo ver cumplido su sueño: convertirse en el Doctor Caligari y controlar al sonámbulo para que cometa toda suerte de crímenes por las noches. El director del manicomio, entonces, es encerrado con una camisa de fuerza y sometido a tratamiento.
Sinopsis posterior
Aunque lo anteriormente mencionado es la historia original que escribieron los guionistas, Robert Wienne añadió un prólogo y un epílogo que cambia totalmente la historia dándole un giro de 180 grados. En la versión de Wienne (la definitiva), la historia del Doctor Caligari es contada por el propio Francis a un hombre en un parque. Y al final, cuando termina de contarla, descubre que él mismo está interno en el manicomio del que el Doctor Caligari es director, y que Cesare y Jane no son más que otros internos del manicomio. Al ver Francis que el director del manicomio es el Doctor Caligari trata de atacarle, tras lo cual es retenido por los médicos con una camisa de fuerza. El director del manicomio, entonces, afirma tener la cura para la enfermedad de Francis, y la película acaba.
Por lo tanto, con esta añadidura de Wiene, el significado de la película cambia totalmente al descubrirnos que Francis, en realidad, no es más que un loco que cree ver en el director del manicomio en el que está ingresado a un terrible doctor que controla sonámbulos para que cometan crímenes por las noches. Mucha gente no entendió este final tan desconcertante, por lo innovador que era para la época.
La idea de los guionistas era denunciar la actitud del Estado alemán, el cual, al igual que el Doctor Caligari inducía a Cesare a matar, inducía a sus ciudadanos a cometer crímenes, tal y como ocurriría después con el ascenso del nazismo al poder y la llegada de la II Guerra Mundial. Hay quien dice que, en realidad, el cambio efectuado por Wiene se produjo, más que por razones
dramáticas, por razones políticas, debido a que las autoridades alemanas le obligaron a cambiar la historia y convertirla en el relato de un loco, lo cual disculparía la exaltación del poder y la autoridad en contraposición al desorden y a la anarquía que algunos ven en la película.
Aunque lo anteriormente mencionado es la historia original que escribieron los guionistas, Robert Wienne añadió un prólogo y un epílogo que cambia totalmente la historia dándole un giro de 180 grados. En la versión de Wienne (la definitiva), la historia del Doctor Caligari es contada por el propio Francis a un hombre en un parque. Y al final, cuando termina de contarla, descubre que él mismo está interno en el manicomio del que el Doctor Caligari es director, y que Cesare y Jane no son más que otros internos del manicomio. Al ver Francis que el director del manicomio es el Doctor Caligari trata de atacarle, tras lo cual es retenido por los médicos con una camisa de fuerza. El director del manicomio, entonces, afirma tener la cura para la enfermedad de Francis, y la película acaba.
Por lo tanto, con esta añadidura de Wiene, el significado de la película cambia totalmente al descubrirnos que Francis, en realidad, no es más que un loco que cree ver en el director del manicomio en el que está ingresado a un terrible doctor que controla sonámbulos para que cometan crímenes por las noches. Mucha gente no entendió este final tan desconcertante, por lo innovador que era para la época.
La idea de los guionistas era denunciar la actitud del Estado alemán, el cual, al igual que el Doctor Caligari inducía a Cesare a matar, inducía a sus ciudadanos a cometer crímenes, tal y como ocurriría después con el ascenso del nazismo al poder y la llegada de la II Guerra Mundial. Hay quien dice que, en realidad, el cambio efectuado por Wiene se produjo, más que por razones
dramáticas, por razones políticas, debido a que las autoridades alemanas le obligaron a cambiar la historia y convertirla en el relato de un loco, lo cual disculparía la exaltación del poder y la autoridad en contraposición al desorden y a la anarquía que algunos ven en la película.
Datos artísticos
En El gabinete del Doctor Caligari destacan los decorados distorsionados, retorcidos y con ángulos imposibles que crean una atmósfera amenazante, angustiosa y opresora, además de la sobreactuación de los actores, el exceso de maquillaje blanco en sus caras y el coloreado posterior de los fotogramas en tonos azules, verdes y sepias, el cual ha logrado mantenerse aún en nuestros días debido a la restauración llevada a cabo por el Bundesarchiv y el Filmarchiv de Alemania. También es notable el uso característico de los fundidos, dejando destacada una parte de la acción para que la mirada del espectador se dirija al punto que el director quiere, así como el color y diseño de los intertítulos.
Característico del Expresionismo y muy notable en El gabinete del Doctor Caligari, es el uso del contraste entre luces y sombras generando claroscuros, lo cual influirá en directores como Hitchcock. Estas técnicas expresionistas de iluminación serían de nuevo puestas en práctica en Genuine, la película antes mencionada que no llegó a triunfar.
En cuanto a la música, la partitura original no ha podido ser rescatada y reproducida en su totalidad, debido sobre todo a las diversas partituras escritas a través de los años para la película.
La estrella de la película fue Conrad Veidt, quien más tarde volvería a trabajar con Wiene en Orlacs Hände (1924), interpretando a un pianista que pierde sus manos y que le colocan las manos de un asesino.
En El gabinete del Doctor Caligari destacan los decorados distorsionados, retorcidos y con ángulos imposibles que crean una atmósfera amenazante, angustiosa y opresora, además de la sobreactuación de los actores, el exceso de maquillaje blanco en sus caras y el coloreado posterior de los fotogramas en tonos azules, verdes y sepias, el cual ha logrado mantenerse aún en nuestros días debido a la restauración llevada a cabo por el Bundesarchiv y el Filmarchiv de Alemania. También es notable el uso característico de los fundidos, dejando destacada una parte de la acción para que la mirada del espectador se dirija al punto que el director quiere, así como el color y diseño de los intertítulos.
Característico del Expresionismo y muy notable en El gabinete del Doctor Caligari, es el uso del contraste entre luces y sombras generando claroscuros, lo cual influirá en directores como Hitchcock. Estas técnicas expresionistas de iluminación serían de nuevo puestas en práctica en Genuine, la película antes mencionada que no llegó a triunfar.
En cuanto a la música, la partitura original no ha podido ser rescatada y reproducida en su totalidad, debido sobre todo a las diversas partituras escritas a través de los años para la película.
La estrella de la película fue Conrad Veidt, quien más tarde volvería a trabajar con Wiene en Orlacs Hände (1924), interpretando a un pianista que pierde sus manos y que le colocan las manos de un asesino.
Producción
Hans Janowitz y Carl Mayer se conocieron en Berlín poco después de la I Guerra Mundial. Ambos concebían el cine como el medio ideal para hacer arte, puesto que acogía en el seno de su realización a escritores, pintores, camarógrafos, actores, directores, etc., y vieron en él un medio eficaz para transmitir los mensajes pacifistas tan necesarios en la posguerra.
Janowitz y Mayer admiraban el trabajo de Paul Wegener (El estudiante de Praga[1], El golem[2]), por lo que decidieron escribir el guión para una película de terror. Cuando le mostraron el guión al productor Erich Pommer, éste al principio se mostró reacio, pero finalmente aceptó hacer la película con un estilo expresionista, dejando el producto en manos del diseñador Hermann Warm y de los pintores Walter Reimann y Walter Röhrig, del Grupo Strum.
En un principio Pommer iba a encargar la dirección a Fritz Lang, pero éste se encontraba ocupado rodando Las Arañas (Die Spinnen) (1919), por lo que finalmente el encargado de la dirección fue Robert Wiene.
La película se rodó entre diciembre de 1919 y enero de 1920, y se estrenó en el Marmorhaus de Berlín el 26 de febrero de 1920.
Hans Janowitz y Carl Mayer se conocieron en Berlín poco después de la I Guerra Mundial. Ambos concebían el cine como el medio ideal para hacer arte, puesto que acogía en el seno de su realización a escritores, pintores, camarógrafos, actores, directores, etc., y vieron en él un medio eficaz para transmitir los mensajes pacifistas tan necesarios en la posguerra.
Janowitz y Mayer admiraban el trabajo de Paul Wegener (El estudiante de Praga[1], El golem[2]), por lo que decidieron escribir el guión para una película de terror. Cuando le mostraron el guión al productor Erich Pommer, éste al principio se mostró reacio, pero finalmente aceptó hacer la película con un estilo expresionista, dejando el producto en manos del diseñador Hermann Warm y de los pintores Walter Reimann y Walter Röhrig, del Grupo Strum.
En un principio Pommer iba a encargar la dirección a Fritz Lang, pero éste se encontraba ocupado rodando Las Arañas (Die Spinnen) (1919), por lo que finalmente el encargado de la dirección fue Robert Wiene.
La película se rodó entre diciembre de 1919 y enero de 1920, y se estrenó en el Marmorhaus de Berlín el 26 de febrero de 1920.
Respuesta e influencia de la película
Considerada una de las primeras películas de terror y un modelo para muchos directores posteriores, El gabinete del Doctor Caligari tuvo una notable influencia en el cine negro. Siegfried Kracauer, en su obra From Caligari to Hitler. A Psychological History of the German Film (1947), explica que la película puede ser considerada como una alegoría del comportamiento social alemán en el periodo anterior a la II Guerra Mundial, algo así como un canto al poder y al autoritarismo. Dice que el personaje del Doctor Caligari representa un tirano para quien la única alternativa es el caos social. Sin embargo, estudiosos del cine alemán más contemporáneos como Thomas Elsaesser, corrigen a Kracauer explicando que su tesis quedó refutada con la aparición del guión original de la película, que prueba la intención revolucionaria de Janowitz y Mayer. Además, Elsaesser dice que los directores expresionistas adoptaron ese estilo con la intención de diferenciarse de las crecientes importaciones de películas americanas que llegaban a Alemania, estilo que bebía de la fuente del movimiento dadaísta, que por aquel entonces ya estaba en auge.
En cuanto a la influencia que El gabinete del Doctor Caligari ha tenido en directores posteriores, hay quien dice que el personaje de Eduardo Manostijeras, de Tim Burton, está inspirado en Cesare, el sonámbulo manejado por el Doctor Caligari, y también puede apreciarse cierta similitud entre la escena en que Cesare huye de la Policía y Francis y la escena de Pesadilla antes de Navidad (1993), de Henry Sellick, en la que Jack Skeleton camina con su perro Zero.
El gabinete del Doctor Caligari será, junto con Charlot, el primer gran mito de la Historia del Cine. Tanto es así, que los críticos franceses acuñaron el término “caligarismo” para referirse a las películas alemanas con estética similar a la de Wiene.
EXPRESIONISMO ALEMÁN
Aunque se desarrolló de forma más completa en el cine, el Expresionismo Alemán impregnó todas las artes de la época:
En pintura destacan los grupos de El Puente (Dresde, 1902-1913) y El jinete azul (1911-1914), con Kandinsky, Klee, Marc y Macke, orientados hacia la abstracción.
En literatura es notable la influencia del Romanticismo, en las obras de Goethe y de Hoffman, así como otras de los siglos XVII y XVIII sobre fantasmas, vampiros, ritos mágicos y demás elementos constantes en la cultura germánica. La primera obra expresionista es Der bettler (El mendigo) (1912), de Reinhard Sorge, que en 1917 sería puesta en escena por el director teatral Max Reinhardt (al que nos referiremos más adelante).
En cuanto a la arquitectura destacan Erich Mendelson y Hanz Poelzig, quien hizo El Gran Teatro (Grosses Schauspielhaus) en 1919, donde, por cierto, Max Reinhardt presentó obras.
En el campo de la dramaturgia destaca, evidentemente, Max Reinhardt. En 1905 adquirió el Deustches Theater y lo reconstituyó. Creó el kammerspiele[3] (representación de cámara), caracterizado por representar las obras en una atmósfera muy reducida, con poca audiencia.
Considerada una de las primeras películas de terror y un modelo para muchos directores posteriores, El gabinete del Doctor Caligari tuvo una notable influencia en el cine negro. Siegfried Kracauer, en su obra From Caligari to Hitler. A Psychological History of the German Film (1947), explica que la película puede ser considerada como una alegoría del comportamiento social alemán en el periodo anterior a la II Guerra Mundial, algo así como un canto al poder y al autoritarismo. Dice que el personaje del Doctor Caligari representa un tirano para quien la única alternativa es el caos social. Sin embargo, estudiosos del cine alemán más contemporáneos como Thomas Elsaesser, corrigen a Kracauer explicando que su tesis quedó refutada con la aparición del guión original de la película, que prueba la intención revolucionaria de Janowitz y Mayer. Además, Elsaesser dice que los directores expresionistas adoptaron ese estilo con la intención de diferenciarse de las crecientes importaciones de películas americanas que llegaban a Alemania, estilo que bebía de la fuente del movimiento dadaísta, que por aquel entonces ya estaba en auge.
En cuanto a la influencia que El gabinete del Doctor Caligari ha tenido en directores posteriores, hay quien dice que el personaje de Eduardo Manostijeras, de Tim Burton, está inspirado en Cesare, el sonámbulo manejado por el Doctor Caligari, y también puede apreciarse cierta similitud entre la escena en que Cesare huye de la Policía y Francis y la escena de Pesadilla antes de Navidad (1993), de Henry Sellick, en la que Jack Skeleton camina con su perro Zero.
El gabinete del Doctor Caligari será, junto con Charlot, el primer gran mito de la Historia del Cine. Tanto es así, que los críticos franceses acuñaron el término “caligarismo” para referirse a las películas alemanas con estética similar a la de Wiene.
EXPRESIONISMO ALEMÁN
Aunque se desarrolló de forma más completa en el cine, el Expresionismo Alemán impregnó todas las artes de la época:
En pintura destacan los grupos de El Puente (Dresde, 1902-1913) y El jinete azul (1911-1914), con Kandinsky, Klee, Marc y Macke, orientados hacia la abstracción.
En literatura es notable la influencia del Romanticismo, en las obras de Goethe y de Hoffman, así como otras de los siglos XVII y XVIII sobre fantasmas, vampiros, ritos mágicos y demás elementos constantes en la cultura germánica. La primera obra expresionista es Der bettler (El mendigo) (1912), de Reinhard Sorge, que en 1917 sería puesta en escena por el director teatral Max Reinhardt (al que nos referiremos más adelante).
En cuanto a la arquitectura destacan Erich Mendelson y Hanz Poelzig, quien hizo El Gran Teatro (Grosses Schauspielhaus) en 1919, donde, por cierto, Max Reinhardt presentó obras.
En el campo de la dramaturgia destaca, evidentemente, Max Reinhardt. En 1905 adquirió el Deustches Theater y lo reconstituyó. Creó el kammerspiele[3] (representación de cámara), caracterizado por representar las obras en una atmósfera muy reducida, con poca audiencia.
Contexto histórico
El Expresionismo Alemán nace en un contexto de negatividad y pesimismo, en una época que algunos historiadores han calificado como la más violenta de la Historia de Europa, repleta de guerras, masacres y tiranías. Los artistas a los que tocó vivir en este momento de la Historia decidieron deshacerse de los valores burgueses para acercarse hacia un arte lleno de ira, violencia y oscuridad, tal y como eran los tiempos que estaban presenciando.
Al acabar la I Guerra Mundial el káiser Guillermo II abdica y huye a Holanda, quedando declarada la República Alemana. El sentimiento de derrota en la conciencia de la sociedad alemana era palpable, y lo cierto es que propiciaba más los sentimientos que la razón. La liga de los espartaquistas quería para Alemania un régimen similar al soviético, es decir, una dictadura del proletariado. En enero de 1919 se levantan, extendiéndose este levantamiento a ciudades como Baviera y Hamburgo, y siendo reprimidos por el Ejército y por grupos nacionalistas al mando del ministro de Defensa Gustav Noske. A causa de esta represión, intelectuales como Rosa Luxemburgo o Kart Liebknecht murieron.
En febrero de ese mismo año Friedrich Ebert es elegido Presidente de la República, cuyo Gobierno contará con la oposición de la burguesía nacionalista y el Ejército. Así, en 1920 y 1923 se sucederán sendos intentos de golpe de Estado perpetrados por la extrema derecha al mando de Hitler. A todo esto hay que añadir, además, el pésimo estado de la economía alemana en aquellos momentos, que junto con las características anteriormente enumeradas propició el caldo de cultivo para la victoria del nazismo años después, a la vez que provocó un estado de ánimo en el pueblo alemán que, como es natural, quedó reflejado en su arte, dando lugar al Expresionismo Alemán.
En 1917 el Alto Mando Alemán crea la UFA con un fin propagandístico: hacer películas de la cultura alemana y para la educación nacional en oposición a la cantidad de películas que se importaban desde EEUU y a la vista de la influencia que el cine ejercía sobre la gente. Tras la derrota alemana en la Gran Guerra, el Reich decide no hacerse cargo de la UFA y ésta es privatizada, pasando a manos del Deutsche Bank, y sustituyendo sus fines propagandísticos por fines comerciales.
En aquel entonces las películas de la UFA eran de carácter pseudo-histórico, ofreciendo una visión de la historia bastante falseada. Destacan aquí directores como Ernst Lubitsch.
El expresionismo alemán en el cine
El Expresionismo Alemán llega al cine con El gabinete del Doctor Caligari, y evolucionará sustituyendo las telas pintadas por decorados y usando una luz más compleja como elemento narrativo. Esto dará lugar más tarde al Kammerspielfilm, basado en el respeto a las unidades de tiempo, lugar y acción, con argumentos simples y lineales que hacen innecesaria la inserción de intertítulos.
El Expresionismo Alemán nace en un contexto de negatividad y pesimismo, en una época que algunos historiadores han calificado como la más violenta de la Historia de Europa, repleta de guerras, masacres y tiranías. Los artistas a los que tocó vivir en este momento de la Historia decidieron deshacerse de los valores burgueses para acercarse hacia un arte lleno de ira, violencia y oscuridad, tal y como eran los tiempos que estaban presenciando.
Al acabar la I Guerra Mundial el káiser Guillermo II abdica y huye a Holanda, quedando declarada la República Alemana. El sentimiento de derrota en la conciencia de la sociedad alemana era palpable, y lo cierto es que propiciaba más los sentimientos que la razón. La liga de los espartaquistas quería para Alemania un régimen similar al soviético, es decir, una dictadura del proletariado. En enero de 1919 se levantan, extendiéndose este levantamiento a ciudades como Baviera y Hamburgo, y siendo reprimidos por el Ejército y por grupos nacionalistas al mando del ministro de Defensa Gustav Noske. A causa de esta represión, intelectuales como Rosa Luxemburgo o Kart Liebknecht murieron.
En febrero de ese mismo año Friedrich Ebert es elegido Presidente de la República, cuyo Gobierno contará con la oposición de la burguesía nacionalista y el Ejército. Así, en 1920 y 1923 se sucederán sendos intentos de golpe de Estado perpetrados por la extrema derecha al mando de Hitler. A todo esto hay que añadir, además, el pésimo estado de la economía alemana en aquellos momentos, que junto con las características anteriormente enumeradas propició el caldo de cultivo para la victoria del nazismo años después, a la vez que provocó un estado de ánimo en el pueblo alemán que, como es natural, quedó reflejado en su arte, dando lugar al Expresionismo Alemán.
En 1917 el Alto Mando Alemán crea la UFA con un fin propagandístico: hacer películas de la cultura alemana y para la educación nacional en oposición a la cantidad de películas que se importaban desde EEUU y a la vista de la influencia que el cine ejercía sobre la gente. Tras la derrota alemana en la Gran Guerra, el Reich decide no hacerse cargo de la UFA y ésta es privatizada, pasando a manos del Deutsche Bank, y sustituyendo sus fines propagandísticos por fines comerciales.
En aquel entonces las películas de la UFA eran de carácter pseudo-histórico, ofreciendo una visión de la historia bastante falseada. Destacan aquí directores como Ernst Lubitsch.
El expresionismo alemán en el cine
El Expresionismo Alemán llega al cine con El gabinete del Doctor Caligari, y evolucionará sustituyendo las telas pintadas por decorados y usando una luz más compleja como elemento narrativo. Esto dará lugar más tarde al Kammerspielfilm, basado en el respeto a las unidades de tiempo, lugar y acción, con argumentos simples y lineales que hacen innecesaria la inserción de intertítulos.
Aspectos temáticos del Expresionismo Alemán
La corriente expresionista recibe ese nombre debido a que reacciona contra el racionalismo y el positivismo del movimiento impresionista que se había venido dando a finales del siglo XIX en pintura, en el que importaba más lo objetivo que lo subjetivo. Se oponía al naturalismo, dando importancia a la visión interna, deformando aquello que quería representar, criticando el materialismo y la vida urbana y ofreciendo visiones apocalípticas sobre el colapso de la civilización, con mensajes a veces cargados de contenido político revolucionario. El Expresionismo Alemán se caracteriza por mostrar lo sobrenatural, lo desconocido, lo fantástico, lo siniestro, etc. con temas cargados de pesimismo que rara vez acaban bien.
Según Kracauer, los principales temas explorados por el Expresionismo son la tiranía, la figura del monstruo y el doble. El Doctor Caligari es un tirano que tiene a su merced a un sonámbulo para que actúe como él quiere, haciéndole cometer actos aborrecibles. Del mismo modo, en películas como El Golem o Nosferatu, podemos
apreciar a un monstruo como protagonista, o en cualquier caso un no-humano.
El tema del doble es tratado, por ejemplo, en El estudiante de Praga, donde la imagen del espejo del protagonista se vuelve contra él; o también en El gabinete del Doctor Caligari y Nosferatu, cuyos personajes son, por un lado, un respetable doctor y un burgués, y por otro, un tirano asesino y un vampiro. Por si esto fuese poco, también podemos ver la recurrencia al tema del doble en el hecho de que los personajes expresionistas presentan cierto desdoblamiento y ambigüedad.
La corriente expresionista recibe ese nombre debido a que reacciona contra el racionalismo y el positivismo del movimiento impresionista que se había venido dando a finales del siglo XIX en pintura, en el que importaba más lo objetivo que lo subjetivo. Se oponía al naturalismo, dando importancia a la visión interna, deformando aquello que quería representar, criticando el materialismo y la vida urbana y ofreciendo visiones apocalípticas sobre el colapso de la civilización, con mensajes a veces cargados de contenido político revolucionario. El Expresionismo Alemán se caracteriza por mostrar lo sobrenatural, lo desconocido, lo fantástico, lo siniestro, etc. con temas cargados de pesimismo que rara vez acaban bien.
Según Kracauer, los principales temas explorados por el Expresionismo son la tiranía, la figura del monstruo y el doble. El Doctor Caligari es un tirano que tiene a su merced a un sonámbulo para que actúe como él quiere, haciéndole cometer actos aborrecibles. Del mismo modo, en películas como El Golem o Nosferatu, podemos
apreciar a un monstruo como protagonista, o en cualquier caso un no-humano.
El tema del doble es tratado, por ejemplo, en El estudiante de Praga, donde la imagen del espejo del protagonista se vuelve contra él; o también en El gabinete del Doctor Caligari y Nosferatu, cuyos personajes son, por un lado, un respetable doctor y un burgués, y por otro, un tirano asesino y un vampiro. Por si esto fuese poco, también podemos ver la recurrencia al tema del doble en el hecho de que los personajes expresionistas presentan cierto desdoblamiento y ambigüedad.
Aspectos estéticos del Expresionismo Alemán
Aparte de sus temáticas, para llegar a entender el Expresionismo Alemán es importante tener en cuenta sus aspectos estéticos, de los que podemos encontrar mejor evidencia en El gabinete del Doctor Caligari. Lotte H. Eisner hablaba de la estética del Expresionismo alemán como una “atmósfera sugiriendo las vibraciones del alma y que flota tanto en torno a los objetos como a las personas”.
Uno de los recursos más importantes es el uso de la luz, que genera contrastes, claroscuros y sombras mediante, por ejemplo, la iluminación desde la base. La luz y sus posibilidades, influenciadas sobre todo por el director teatral Max Reinhardt, fueron un elemento muy importante al final de la guerra, cuando, debido a que se disponía de poco material para los decorados, los realizadores se vieron obligados a jugar con la luz y las telas de fondo para lograr los efectos dramáticos que hubieran querido en caso de disponer de los recursos adecuados. Así por ejemplo, muchas veces son la sombras las que vemos en pantalla en las películas expresionistas, y no los personajes, tal y como ocurre en Nosferatu.
También es importante destacar las características de los decorados, como en El gabinete del Doctor Caligari, donde vemos calles de cartón-piedra que se pierden oblicuamente y paredes irregulares y deformes que no se corresponden con la vertical, todo ello para introducirnos mejor en la psique nerviosa de los personajes. Además, el hecho de que se rodase en estudios y no en escenarios naturales (con la excepción de Nosferatu y Metrópolis[4]) contribuía a crear un factor dramático que tenía que ver con la vinculación que se establecía entre los personajes y el decorado.
En cuanto a la época en que se ambientan las historias de las películas expresionistas podemos encontrar desde ambientaciones en la Edad Media (El Golem), y el Renacimiento (Las tres luces), hasta argumentos que transcurren en el siglo XIX (Nosferatu, El estudiante de Praga), pasando también por historias de carácter futurista (Metrópolis).
En cuanto al encuadre podemos apreciar que la disposición de la imagen es casi teatral, asemejándose las películas a composiciones pictóricas, con diagonales y planos fijos.
Por último, podríamos añadir como características del Expresionismo Alemán la sobreactuación de los actores, su excesivo maquillaje y el hecho de que, de todos los elementos mencionados, el único que se siguió utilizando pasado el Expresionismo fue el efecto de luces y contrastes.
Iniciando Alemania su recuperación económica, política y social, hacia 1926 el Expresionismo Alemán empezó a extinguirse, siendo Fausto y Metrópolis (ambas de 1926) los últimos grandes exponentes de esta corriente. El cine alemán evolucionará hacia un mayor realismo con el Kammerspielfilm y la Nueva Objetividad de Georg Wilhelm Pabst.
Aparte de sus temáticas, para llegar a entender el Expresionismo Alemán es importante tener en cuenta sus aspectos estéticos, de los que podemos encontrar mejor evidencia en El gabinete del Doctor Caligari. Lotte H. Eisner hablaba de la estética del Expresionismo alemán como una “atmósfera sugiriendo las vibraciones del alma y que flota tanto en torno a los objetos como a las personas”.
Uno de los recursos más importantes es el uso de la luz, que genera contrastes, claroscuros y sombras mediante, por ejemplo, la iluminación desde la base. La luz y sus posibilidades, influenciadas sobre todo por el director teatral Max Reinhardt, fueron un elemento muy importante al final de la guerra, cuando, debido a que se disponía de poco material para los decorados, los realizadores se vieron obligados a jugar con la luz y las telas de fondo para lograr los efectos dramáticos que hubieran querido en caso de disponer de los recursos adecuados. Así por ejemplo, muchas veces son la sombras las que vemos en pantalla en las películas expresionistas, y no los personajes, tal y como ocurre en Nosferatu.
También es importante destacar las características de los decorados, como en El gabinete del Doctor Caligari, donde vemos calles de cartón-piedra que se pierden oblicuamente y paredes irregulares y deformes que no se corresponden con la vertical, todo ello para introducirnos mejor en la psique nerviosa de los personajes. Además, el hecho de que se rodase en estudios y no en escenarios naturales (con la excepción de Nosferatu y Metrópolis[4]) contribuía a crear un factor dramático que tenía que ver con la vinculación que se establecía entre los personajes y el decorado.
En cuanto a la época en que se ambientan las historias de las películas expresionistas podemos encontrar desde ambientaciones en la Edad Media (El Golem), y el Renacimiento (Las tres luces), hasta argumentos que transcurren en el siglo XIX (Nosferatu, El estudiante de Praga), pasando también por historias de carácter futurista (Metrópolis).
En cuanto al encuadre podemos apreciar que la disposición de la imagen es casi teatral, asemejándose las películas a composiciones pictóricas, con diagonales y planos fijos.
Por último, podríamos añadir como características del Expresionismo Alemán la sobreactuación de los actores, su excesivo maquillaje y el hecho de que, de todos los elementos mencionados, el único que se siguió utilizando pasado el Expresionismo fue el efecto de luces y contrastes.
Iniciando Alemania su recuperación económica, política y social, hacia 1926 el Expresionismo Alemán empezó a extinguirse, siendo Fausto y Metrópolis (ambas de 1926) los últimos grandes exponentes de esta corriente. El cine alemán evolucionará hacia un mayor realismo con el Kammerspielfilm y la Nueva Objetividad de Georg Wilhelm Pabst.
Directores más importantes
Los mayores exponentes del Cine Expresionista Alemán son:
Friedrich Wilhelm Murnau
Funda su propia productora en 1919, con la que dirige su película más conocida, Nosferatu (1922), sobre el mito del vampiro. Lo característico de esta película será el uso de escenarios naturales, lo cual choca con una de las características básicas del Expresionismo: rodar en estudio. También será característico el uso de la cámara rápida para según qué escenas, así como el empleo de película negativa.Los mayores exponentes del Cine Expresionista Alemán son:
Friedrich Wilhelm Murnau
Después de Nosferatu dirigirá El último (1924), con Emil Jannings, que cuenta la historia de un portero que es degradado de su puesto debido a su edad. Para aparentar en su barrio que no ha perdido el empleo, todos los días vuelve a casa con el uniforme de portero robado, hasta que es descubierto por sus vecinos, que se mofan de él. Esta obra constituye la transición del Expresionismo al Realismo social, aunque por su lenguaje plástico podríamos seguir considerándola expresionista. Para conseguir planos más originales, el operador de cámara Karl Freund se colocaba la cámara en el pecho para conseguir trávelings curiosos, o también la situaba en el extremo de una escalera de incendios que usaban como grúa. Murnau aceptará un contrato en Hollywood, donde ganará un Óscar y morirá en un accidente de tráfico en 1931. En homenaje a la película de Murnau, Werner Herzog dirigió en 1979 Nosferatu: Phantom der Nacht.
Fritz Lang
Aunque ya había rodado Las Arañas en 1919, el éxito le viene con Der mude Tod en 1921, que narra la lucha entre el amor y la muerte. Después hará Los Nibelungos (1924), donde demuestra toda su madurez. Su obra definitiva será Metrópolis (1926), en la que juega con el espacio, los volúmenes y los claroscuros, consiguiendo imágenes que pasarán a la Historia del Cine.
Del mismo modo que El gabinete del Doctor Caligari representó el apogeo del Expresionismo Alemán en el ámbito pictórico, Metrópolis representará el apogeo del Expresionismo Alemán en el ámbito arquitectónico. En 1933 realizará El testamento del doctor Mabuse, todo un manifiesto contra el nacionalsocialismo que fue prohibida en Alemania y que le servirá para desmentir muchas de sus críticas dirigidas hacia él que le acusaban de engrandecer al pueblo ario en sus películas. Más tarde emigraría hacia EEUU, donde moriría en 1976.
Georg Wilhelm Pabst
También se inició en el mundillo como actor de teatro, y también fundó su propia productora, con la que en 1923 realiza Der Schat. No obstante, la película que le lanzará a la fama será Bajo la máscara del placer (1925), un drama interpretado por Greta Garbo. De estilo realista, se rodó en estudio, lo que le hace perder fuerza debido a lo artificial de sus decorados, pero es famosa por ser la primera película que presenta a la burguesía alemana después de la I Guerra Mundial, arruinada y en crisis.
Ayudado por dos alumnos de Sigmund Freud, Pabst será el primer cineasta en incluir el psicoanálisis como trama conductora de la película, en una obra de 1926 sobre la impotencia. Sus siguientes obras abordarán el tema de la psicología femenina, destacando su trilogía: Abwege, La caja de Pandora y Tres páginas de un diario, con las que realiza una crítica a la sociedad alemana de su época a través de las protagonistas femeninas.
Después de esta trilogía Pabst hará películas más comprometidas socialmente, aproximando el cine más al realismo social, lo que le traerá problemas con la censura al llegar los nazis al poder en 1933. Ante esto prosigue su obra en Francia, y no volverá a su país hasta los años 50, donde hará una película contra el nazismo. Pabst falleció en Viena en 1967.
Aunque ya había rodado Las Arañas en 1919, el éxito le viene con Der mude Tod en 1921, que narra la lucha entre el amor y la muerte. Después hará Los Nibelungos (1924), donde demuestra toda su madurez. Su obra definitiva será Metrópolis (1926), en la que juega con el espacio, los volúmenes y los claroscuros, consiguiendo imágenes que pasarán a la Historia del Cine.
Del mismo modo que El gabinete del Doctor Caligari representó el apogeo del Expresionismo Alemán en el ámbito pictórico, Metrópolis representará el apogeo del Expresionismo Alemán en el ámbito arquitectónico. En 1933 realizará El testamento del doctor Mabuse, todo un manifiesto contra el nacionalsocialismo que fue prohibida en Alemania y que le servirá para desmentir muchas de sus críticas dirigidas hacia él que le acusaban de engrandecer al pueblo ario en sus películas. Más tarde emigraría hacia EEUU, donde moriría en 1976.
Georg Wilhelm Pabst
También se inició en el mundillo como actor de teatro, y también fundó su propia productora, con la que en 1923 realiza Der Schat. No obstante, la película que le lanzará a la fama será Bajo la máscara del placer (1925), un drama interpretado por Greta Garbo. De estilo realista, se rodó en estudio, lo que le hace perder fuerza debido a lo artificial de sus decorados, pero es famosa por ser la primera película que presenta a la burguesía alemana después de la I Guerra Mundial, arruinada y en crisis.
Ayudado por dos alumnos de Sigmund Freud, Pabst será el primer cineasta en incluir el psicoanálisis como trama conductora de la película, en una obra de 1926 sobre la impotencia. Sus siguientes obras abordarán el tema de la psicología femenina, destacando su trilogía: Abwege, La caja de Pandora y Tres páginas de un diario, con las que realiza una crítica a la sociedad alemana de su época a través de las protagonistas femeninas.
Después de esta trilogía Pabst hará películas más comprometidas socialmente, aproximando el cine más al realismo social, lo que le traerá problemas con la censura al llegar los nazis al poder en 1933. Ante esto prosigue su obra en Francia, y no volverá a su país hasta los años 50, donde hará una película contra el nazismo. Pabst falleció en Viena en 1967.
Influencia posterior del Expresionismo Alemán
Con la llegada de los nazis al poder muchos directores se exiliaron a Hollywood, llevando allí su forma expresionista de hacer cine, la cual influiría sobre todo en el cine negro y el de terror. Así, directores como Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Otto Preminger o Michael Curtiz introdujeron el estilo expresionista en sus dramas de los años 40’, extendiendo la influencia del Expresionismo en el cine moderno. Un ejemplo lo podemos ver en Psicosis, de Hitchcock, donde la aparición de Norman Bates a través de la cortina de ducha nos recuerda a la aparición de Nosferatu a través de su sombra. También es clara la influencia del Expresionismo Alemán en la iluminación de Blade Runner (1982), de Ridley Scott, en las películas de Batman y Sweeney Todd, ambas de Tim Burton, en las ya mencionadas Eduardo Manostijeras (1990) y Pesadilla antes de Navidad, o en El cuervo (1994), en donde el maquillaje de Brandon Lee nos recuerda al Cesare de Wiene.
Con la llegada de los nazis al poder muchos directores se exiliaron a Hollywood, llevando allí su forma expresionista de hacer cine, la cual influiría sobre todo en el cine negro y el de terror. Así, directores como Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Otto Preminger o Michael Curtiz introdujeron el estilo expresionista en sus dramas de los años 40’, extendiendo la influencia del Expresionismo en el cine moderno. Un ejemplo lo podemos ver en Psicosis, de Hitchcock, donde la aparición de Norman Bates a través de la cortina de ducha nos recuerda a la aparición de Nosferatu a través de su sombra. También es clara la influencia del Expresionismo Alemán en la iluminación de Blade Runner (1982), de Ridley Scott, en las películas de Batman y Sweeney Todd, ambas de Tim Burton, en las ya mencionadas Eduardo Manostijeras (1990) y Pesadilla antes de Navidad, o en El cuervo (1994), en donde el maquillaje de Brandon Lee nos recuerda al Cesare de Wiene.
Fuentes consultadas
Páginas web
- http://wikipedia.org/
- http://temakel.com/cineexpresionista.htm
- http://elloroestepario.com/cinematografia2.html
- http://theartwolf.com/expressionism_cinema_es.htm
- http://taringa.net/posts/info/2133255/Cine:-Expresionismo-Alem%C3%A1n.html
- http://www.greencine.com/static/primers/expressionism1.jsp
- http://www.greencine.com/static/primers/expressionism2.jsp
- http://virtualology.com/hallofartmovements/germanexpressionism.org/
- http://sombranosferatu.blogspot.com/2009/11/el-gabinete-del-doctor-caligari-robert.html
[1] El estudiante de Praga (1913), de Paul Wegener y Stellan Rye es considerada la primera película antecedente del Expresionismo Alemán. Narra la historia del estudiante de Baldwin, que por amor vende su imagen reflejada en espejos.
[2] El Golem (1914), de Paul Wegener y Henrik Galeen es una antigua historia judía sobre un hombre de arcilla al que un rabino llamado Loew da vida mediante una fórmula mágica.
[3] Esto originará una nueva corriente conocida como Kammerspielfilm, a la que nos referiremos más adelante.
[4] Metrópolis (1926), de Fritz Lang. Fue una de las últimas obras del Expresionismo Alemán Nos referiremos a ella más adelante.
Páginas web
- http://wikipedia.org/
- http://temakel.com/cineexpresionista.htm
- http://elloroestepario.com/cinematografia2.html
- http://theartwolf.com/expressionism_cinema_es.htm
- http://taringa.net/posts/info/2133255/Cine:-Expresionismo-Alem%C3%A1n.html
- http://www.greencine.com/static/primers/expressionism1.jsp
- http://www.greencine.com/static/primers/expressionism2.jsp
- http://virtualology.com/hallofartmovements/germanexpressionism.org/
- http://sombranosferatu.blogspot.com/2009/11/el-gabinete-del-doctor-caligari-robert.html
[1] El estudiante de Praga (1913), de Paul Wegener y Stellan Rye es considerada la primera película antecedente del Expresionismo Alemán. Narra la historia del estudiante de Baldwin, que por amor vende su imagen reflejada en espejos.
[2] El Golem (1914), de Paul Wegener y Henrik Galeen es una antigua historia judía sobre un hombre de arcilla al que un rabino llamado Loew da vida mediante una fórmula mágica.
[3] Esto originará una nueva corriente conocida como Kammerspielfilm, a la que nos referiremos más adelante.
[4] Metrópolis (1926), de Fritz Lang. Fue una de las últimas obras del Expresionismo Alemán Nos referiremos a ella más adelante.
cuando era chica tenia unos diccionarios en mi casa, en ellos aparecian pequeñas fotografias indicando ciertas palabras, como en casi todo diccionario. entre ellas, encontré un dia un fotograma de una pelicula que me dejó helada: las caras de los dos hombres, el joven y el viejo, y de la muchacha me reflejaron un temor que no pude sacar de mi cabeza por mucho tiempo. era un fotograma de El Gabinete.. de grande, y gracias a internet y la mano audaz de mi hermana mayor, pude conseguir lo que crei sería imposible, la película. con subtítulos en castellano y los carteles de dialogo en alemán, me sentí en las nubes. me considero dadaísta, en cuanto a lo que creo y escribo, y el expresionismo ha sido para mí un pilar fundamental en mi proceso de creación. es por ello que cada vez que veo algo de Caligari, me sigue agarrando ese frio en el pecho pero es una solida pasion por seguir viendolo sin parpadear..
ResponderEliminarSaludos!!
Sí, la verdad es que la película es realmente escalofriante, y más aún si conservas su recuerdo desde pequeñita, jeje.
ResponderEliminarGracias por visitar el blog ;)
Un saludo!