martes, 8 de noviembre de 2011

ALPHAVILLE, Jean-Luc Godard (1965) [7/10]

En 1965 Jean-Luc Godard presentó Alphaville, una película de ciencia-ficción ambientada en un futuro distópico en el que la técnica lo domina todo y la emoción no tiene cabida. La gente no sabe amar, se afirma negando con la cabeza y toda persona ha de seguir el patrón “normal” so pena de ser ejecutado de las más pintorescas maneras.


En este contexto, el agente secreto Lemmy Caution (Eddie Constantine) tiene la misión de ir a Alphaville en busca del profesor von Braun.


La realización es sencillamente increíble, con unos planos tan largos como magistrales y esos saltos de eje tan característicos del rey de la nouvelle-vague. Con esta película, Godard juega a hacer cine, demostrando que conoce el lenguaje cinematográfico de cabo a rabo hasta el punto de ponerse a filosofar con él de la forma más pedante posible. En este sentido, es interesante destacar la presencia de elementos característicos del cine abstracto, con esos juegos de luces y formas.


El director nos habla de la importancia que tienen el amor y el carpe diem, sin los cuales el ser humano se deshumaniza hasta parecer un zombi robotizado.


La película se hace entretenida la mayor parte del tiempo, siendo particularmente incómoda en los momentos en que se escucha la horrible voz de Alpha 60, al parecer cedida por un enfermo de cáncer de laringe. La belleza personificada que es Anna Karina, sin embargo, constituye uno de los puntos más agradables del filme, especialmente en esos primeros planos tan genialmente iluminados que el realizador consigue gracias al trabajo de Raoul Coutard, el director de fotografía.


La envolvente música de Paul Misraki logra la atmósfera y tensión adecuadas para construir un filme que bebe del cine negro clásico hollywoodiense, a pesar de que en el personaje interpretado por Constantine veo a un vejestorio más que a un detective. No obstante, quizá fuese eso precisamente lo que pretendiese Godard.

3 comentarios:

  1. Ay, ese final con los dos en el coche es un poco precursor de "Blade runner".

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  2. Godard: Director irregular, narcisista, irritante, pero... Este "enfant terrible" dejo un puñado de pelis que lo convirtieron en un cronista de la crisis de la civilización occidental. Todo aquel que ame en profundidad el cine tiene que conocer la obra de Godard --nos enseñó a decir las palabras prohibidas-- "Te amo". Raoul Coutard era un fenómeno.

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  3. Es que uno tiene la sensación de que Godard es un punto de inflexión en la Historia del Cine, como si ésta pudiera dividirse en antes y después de Al final de la escapada.

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