domingo, 4 de diciembre de 2011

UMBERTO D, Vittorio de Sica (1952) [7,2/10]

En 1952, el combo Zavattini-de Sica se volvió a juntar para ofrecer otra obra cumbre del neorrealismo italiano, Umberto D. No llega, por supuesto, al nivel de emoción que logró en mí Ladrón de bicicletas, pero es igualmente un filme muy emotivo y con mucha clase.


Umberto D es una película vitalista, que invita a vivir la vida en su máxima plenitud, pero constituye todo un drama vivido por una sociedad recién salida de una terrible guerra. En ella se muestra concretamente la vulnerabilidad de los abuelitos, pero también la de los más jóvenes, descubriendo que, al final, la condición que determina un nivel de vida digno o indigno es el tener dinero o carecer por completo de él.


Umberto D cuenta la historia de un jubilado al que apenas le alcanza con su mísera pensión para tirar hacia delante. La sola compañía de su dócil perro Flike será todo con lo que cuente para hacer frente a la tiránica casera, que le quiere echar de su casa cuanto antes, y hará que don Umberto tenga que pasar por las más patéticas de las humillaciones a las que un ser humano puede verse sometido.


Esta obra neorrealista de Vittorio de Sica trata un tema dolorosamente actual, como es el del deshaucio, el cual se torna absolutamente trágico cuando se trata de personas tan indefensas como los ancianos. Aunque la fórmula es característica del neorrealismo y en ella ha basado este movimiento gran parte de su éxito, he de señalar que, en esta película, el empleo de actores no profesionales no termina de cuajar. Las interpretaciones chirrían por momentos y, lejos de contagiar el dramatismo que se espera, acaban por actuar como su cortafuegos en algunas ocasiones.


La envolvente música de Alessandro Cicognini hace que pensemos en Umberto D como en toda una definición de cine de calidad, bien hecho y emocionante.

3 comentarios:

  1. No le pones más nota porque no tienes perro ;-)

    Un saludo

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  2. Jajajaajja!! Es posible, efectivamente, no tengo perro. Por cierto, el perro debe ser el único actor profesional, jeje ¡qué amaestrado está!

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  3. Yo reconozco que si Disney o Spielberg ruedan ese final los ponemos a parir, fijo, pero aquí yo me rindo, qué congoja, qué vertido lacrimoso. De todas maneras la escena que más me gusta es ésta, ese madrugar de la criada, tan temprano, con esa tristeza y esa incertidumbre en su vida, realizando las tareas cotidianas:http://www.youtube.com/watch?v=QeVR8aSoEfY

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