miércoles, 21 de septiembre de 2011

INSIDE JOB, Charles Ferguson (2010) [7,3/10]

En la pasada gala de los Óscar, la película que ganó el premio al mejor documental fue Inside Job, dirigida y escrita por Charles Ferguson y narrada por el actor Matt Damon.
El documental se adentra en las causas de la crisis económica y financiera que aún a día de hoy venimos padeciendo, para acabar por señalar con el dedo a sus culpables y tratar de arrojar algo de luz ante una población mundial que parece adormecida, cuando lo que quizá le ocurra es que está, sencillamente, desinformada.


El estilo, lamentablemente, no es todo lo divulgativo que a mí me hubiera gustado, siendo en ocasiones difícil de seguir por todos aquellos que, como un servidor, no tienen ni pajolera idea de macroeconomía. Pero no creo que importe porque, pienso, no se pretende convertir al espectador en alguien que comprende al dedillo lo que ha ocurrido, sino que, todo aquél que vea Inside Job, salga con una idea general: se podría decir que la crisis encontró su pistoletazo de salida a partir de las políticas desreguladoras en el sector financiero impulsadas por el gobierno de Ronald Reagan, y que, desoyendo todo tipo de advertencias, la burbuja ha ido haciéndose más y más grande hasta haber explotado hace unos años, siendo que los responsables de semejante catástrofe no sólo no han sido procesados, sino que siguen a los mandos de todo el tinglado bajo la administración del hombre que parecía ser el salvador de la humanidad, Barack Obama, icono progre y aparente prometedor del cambio. Así las cosas, el gobierno de la mayor potencia mundial resulta estar en manos de una pandilla de puteros y cocainómanos sin ningún tipo de escrúpulo, y lo más grave, lo que más me ha sobrecogido viendo este documental de Ferguson, es que esa doctrina ultraliberal es la que se imparte en las más prestigiosas facultades de Economía como paradigma y modelo a seguir. Escalofriante.


Aunque, como ya decimos, puede ser un poco liosa al principio y el espectador puede verse abrumado ante tal catarata de nombres (algunos de ellos técnicos), siglas e información, la película cuenta con un planteamiento, nudo y desenlace, llevando un buen ritmo y, en ocasiones, permitiendo respirar al espectador con pequeños toques cómicos protagonizados por la torpeza de algunos de los asesores financieros entrevistados por Ferguson que quedan en evidencia ante la cámara. Ni que decir tiene que, muchos de los nombres que Ferguson apunta como directamente culpables de la crisis, ni siquiera se atrevieron a ser entrevistados, lo cual no deja de ser una pena, aunque también algo muy lógico.


Con Inside Job, el director apela al público para que se movilice y haga algo para pararle los pies a esta pandilla de terroristas financieros que se han adueñado del porvenir de millones de personas.


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