martes, 19 de julio de 2011

TAXI DRIVER, Martin Scorsese (1976) [10/10]

Existen películas que son de toda una generación. Por ejemplo, está la gente que se crió con Tiburón, o que crecieron con La Guerra de las Galaxias, o que su existencia ha ido pareja a la de Martin McFly en la película de Regreso al futuro. Pero también, del mismo modo que una generación entera se adueña de una película y la hace suya para la posteridad, puede ocurrir que una película sea apropiada, no por toda una generación, sino por únicamente una sola persona. Así, no es raro ver a alguien cuya película es Amélie, o que es incapaz de ser objetivo a la hora de hablar de Titanic, o que si no fuese por Casino su existencia no tendría sentido. Para cada uno de esos individuos “su película” es la mejor de todas, y siempre lo será. De acuerdo, están El Padrino, El Padrino II, Ciudadano Kane, etc., pero “su película” tiene algo que la hace diferente a las demás, y que la dota de un encanto que tiene ella y sólo ella, por lo que la hace especial y única, aunque objetiva e históricamente no sea la mejor.


Lo confieso, yo también tengo “mi mejor película”, esa con la que no puedo ser objetivo ni aunque me paguen, esa con la que tuve amor a primera vista, de la que, por no sé qué razón, quedé prendado para siempre y se ha convertido en algo más que una película para mí. Me refiero a Taxi Driver, de Martin Scorsese.


¿Fue porque en el momento de verla estaba pasando por una etapa amorosa que guardaba cierta relación con los fracasos de Travis Bickle (Robert de Niro)? ¿Fue porque, sin quererlo, me identifiqué con aquel pobre diablo tan patéticamente solitario? ¿Fue porque sentía como una puñalada cada una de las miradas de miedo, incomprensión, lástima que le lanzaban los distintos personajes de la película? ¿O fue porque yo también veía en mi día a día cosas parecidas a las que veía Travis desde su taxi? No lo sé, pero el caso es que desde que ví cómo, ya al final de la película, Travis deja a Betsy (Cybill Shepherd) en su casa sin siquiera cobrarle la carrera y lanzándole una última mirada a través del retrovisor mientras se pierde en la noche neoyorquina y aparecen los títulos de crédito con la música de Bernard Herrmann de fondo, mi vida no ha vuelto a ser la misma.


Lo sé, soy consciente de ello. Travis Bickle es un fascista asqueroso, un indeseable al que ni siquiera yo mismo querría tener de vecino. Pero es que, por mucho que me pese, no puedo dejar de ver en ese veterano de Vietnam una pobre víctima de algo que le ha venido demasiado grande. La historia de Taxi Driver es la historia de alguien que no puede más con la cantidad de mierda que ve día sí, día también, y que, humildemente, arrima el hombro un poquito para tratar de hacer de la sociedad algo mejor. ¿Y cómo lo hace? Sacando a una niña prostituta (Jodie Foster) de la calle y devolviéndola a sus padres, para que vaya al colegio y se eduque como Dios manda. Así, por lo menos, logrará mantener la conciencia mínimamente limpia, reluciendo ligeramente entre tanta suciedad. Lo siento, pero me parece la historia más preciosa llevada jamás al cine.


El guión de Paul Schrader no es especialmente bueno, y la producción no es que sea lo más, y tampoco la dirección de Martin Scorsese. Ni siquiera la música de Bernard Herrmann me apasiona. Pero no sé qué es lo que me pasa con Taxi Driver, que es la única película que consigue la cuadratura del círculo y logra convencerme de que dos más dos pueden ser cinco. En Taxi Driver se dan una serie de elementos que, por separado, pueden tacharse hasta de mediocres (es broma, nada en Taxi Driver es mediocre, ¡por Dios!), pero todos juntos, conforman un todo que funciona a la perfección, y que se extiende como la pólvora hasta crear la gran obra maestra que es Taxi Driver. Una obra que algunos consideran un western urbano, y que ya desde hace tiempo viene reivindicándose como película de culto. Lo mío con esta película tiene más de emocional que de racional.

4 comentarios:

  1. Hola! Maravillosa película. Y sí, en ella todo encaja de una manera asombrosa y la historia de "amor" entre el taxista trastornado y la prostituta adolescente es en el fondo muy tierna. A mí el guión de Schrader sí que me parece muy bueno. Eso sí, en la interpretación de Robert de Niro dudaría entre preferir ésta o la de "Toro Salvaje", otra de mis pelis favoritas.

    Buena entrada :)

    saluditos

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  2. Te perdono lo de "Vertigo" (es broma, eh) ;-). Grande, muy grande "Taxi driver", tiene como un esqueleto de "Centauros del desierto", no digo que esté basada, ni que sea un remake, pero todas las películas de Scorsese tienen un espíritu y una conexión con su historia del cine muy estimulante.

    Saludos!

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  3. Pues ahora que lo dices sí es cierto que es muy similar a Centauros del desierto, otro peliculón.

    Gracias por los comentarios! ;)

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  4. Como dicen por aquí Scorsese es un cinéfilo empedernido y eso se respira en todas sus películas. La conexión con Centauros del desierto también viene porque Taxi Driver es al fin y al cabo un western, sin caballo y con otro escenario pero con la misma estructura. Un peliculón, por cierto!

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